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A 10 años del fallecimiento de Néstor Kirchner: Aciertos económicos de su gestión

A 10 años del fallecimiento de Néstor Kirchner, el consenso de los agentes económicos en general, y de los analistas y consultores privados en particular, recuerda su presidencia por la recuperación de la senda del crecimiento.

La generación de empleos, los superávits simultáneos de las finanzas públicas y del sector externo, apuntalado por el proceso virtuoso de mayor aumento de las exportaciones que las importaciones, son las notas más destacados del área económica. Pero no todas fueron loas, aunque el balance fue claramente positivo.

Los primeros años del kirchnerismo se desarrollaron en un contexto de fuerte crecimiento económico, favorecido por el precio récord de materias primas como la soja, el principal bien de exportación, en particular en el último año cuando pasa de USD 240 la tonelada a más de USD 400 en los últimos seis meses de la presidencia.

Y también se caracterizaron por la singular impronta social, con aumento de las jubilaciones mínimas después de más de 12 años congeladas, del salario mínimo vital y móvil, también con más de 11 años sin ajuste, pese a la crisis de 2002; y multiplicó por 17 la cobertura de los planes de asistencia a los sectores de muy bajos recursos y desocupados.

Sin embargo, los años de bonanza no se aprovecharon, por caso, para crear un fondo anticíclico, que hubiese sido tan necesario en los años subsiguientes durante la presidencia de Cristina Fernández.

Incluso, su confianza en los logros iniciales de su gestión lo llevó a decir sobre el cierre de 2005 la cancelación de la deuda que el país mantenía con el FMI, pese a ser el crédito más barato del mercado, el cual formalizó en los primeros días de enero de 2006. Se trató de un pago de USD 9.574 millones con uso de reservas del BCRA que hizo bajar el saldo bruto de USD 28.045 millones a USD 18.500 millones.

Néstor Kirchner recibió una economía con un PBI equivalente a unos USD 120.000 millones, tras haber caído a un mínimo de USD 103.866 millones y terminó el mandato con un nivel de generación de riqueza inferior a USD 288.000 millones y USD 7.290 por habitante, unos USD 11.000 millones por debajo del máximo histórico de 1998 cuando superó USD 299.000 millones, equivalente a USD 8.294 por habitante.

En pesos constantes fue un período caracterizado por “tasas chinas” de aumento del PBI, promedió 8,8% acumulativo por año, que quebró un ciclo de cuatro años en recesión.

Semejante reactivación trajo aparejado la recuperación del superávit fiscal, junto con el saldo también positivo del intercambio comercial, dieron lugar a la aspiración de cualquier ministro de Economía: consolidar los “superávits gemelos”, porque se trata de dos requisitos claves para estabilizar la economía y generar un promisorio escenario para los negocios como pocas veces se había logrado en los 35 años previos.

 

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