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Split (Fragmentado): Cuando la peor de tus múltiples personalidades escondidas se manifiesta

Kevin, un tipo tímido, tiene una patología que pone en peligro la vida de muchas personas: padece un trastorno de identidad disociativo. Suspenso de alto voltaje para disfrutar en Netflix.

En esta ocasión, les traigo mis humildes impresiones sobre una película bastante interesante: Split (Fragmentado) Este film cuyo origen se remonta a 2016 está escrito y dirigido por M. Night Shyamalan y cuenta con las participaciones actorales de la exótica y multicultural Anya Taylor-Joy (protagonista de Gambito de Dama) y James McAvoy (actor escocés), por nombrar solo algunos protagonistas de relevancia en la trama. Con respecto al actor principal, antes nombrado, podemos decir que su interpretación es notable y, como diría un amigo, para romperse las manos aplaudiendo. La construcción de veinticuatro personalidades, cada una más diferente a la otra, no es algo que se pueda hacer muy fácilmente que digamos.

Kevin Wendell Crumb, un loco para nada lindo, se encuentra en tratamiento psicológico por una patología relacionada con la construcción de su propia personalidad (un trastorno de identidad disociativo). Un día es un simpático y entusiasta diseñador y, otro, puede ser un tipo obsesivo compulsivo de la limpieza, lleno de defectos o con actitudes repudiables. Dentro del desarrollo identitario, que propone el personaje en cuestión, hay más de una veintena de cualidades específicas (sería como poner a veinticuatro personas y ver cómo son). La trama no hace un repaso total de todas las identidades que se encuentran en el interior de Kevin, pero sí plantea una situación de conflicto entre ellas, una grieta podríamos decir: una especie de horda que está alimentado la manifestación de La Bestia, poseedora de fuerza sobrehumana y maldad extrema y, por otra parte, “personas/identidades” que se encuentran en discrepancia con el ascenso de ésta.

La película pone en juego los trastornos mentales en relación a la configuración de la propia personalidad. Sería algo así como no sé quién verdaderamente soy. El detalle, para nada menor del asunto, es cuando este inconveniente se presenta peligroso y atenta contra la amena convivencia social. Sin lugar a dudas tener una multipolaridad de identidades es una bomba de tiempo difícil de desactivar. Kevin puede ser la madre Teresa de Calcula un tramo del día y luego Charles Mason, este conocido asesino serial yanqui, después.

De trama sencilla y lineal, el film se enmarca dentro de un drama de suspenso en donde la intriga girará en ver cómo termina el acto delictivo del protagonista. Él, una de sus personalidades, mejor dicho, es el clásico antagonista siniestro y genio que planea, hasta el más mínimo detalle, un secuestro múltiple. La patología que lo define como un trastornado mental lo lleva a experimentar sensaciones encontradas según las personalidades que vayan brotándole: es compasivo y agradable, pero también perverso y deshumanizado. Puede temer por él y los otros y buscar la ayuda pertinente en su psiquiatra o bien tratar de ocultar y tramar todo maliciosamente.

Casey, una especie de heroína en esta trama, será el lado opuesto del protagonista, por decirlo de alguna manera. Ella pondrá sobre la mesa la famosa frase barrial “sacar la ficha” (algo así como saber interpretar la esencia de una persona) En este duelo del bueno (buena en este caso) y el malo hay un largo tratado sobre la construcción de la identidad. También hay un dato para nada superficial que involucra tanto a Kevin como Casey: ambos han sufrido un abuso familiar que les ha configurado la personalidad. En el caso de ella, su presencia en la cotidianidad la enmarca dentro del molde de Rara. Al respecto, en un breve dialogo que tiene la Dra Fleacher (médica tratante de Kevin) surge una idea que involucra a estos raros que merodean su consultorio: ¿Son ellos inferiores o superiores? Para la masividad social, obviamente, éstos entran en la parte más indeseada o peor vista. Para la trama, un siniestro raro es capaz de dibujar el cuadro más perverso y bien pensado. Mientras que una rara será la encargada de desactivar con su análisis algunos focos de incendios que ponen en peligro su vida.

El film es uno de esos buenos de Suspenso, vale la pena dedicarle un poco de nuestro ocio. Con un final que involucra, muy de pasada, al talentoso Bruce Willis se abre una posible ventana de continuación o segunda parte, aunque hasta la fecha no se ha producido este alumbramiento.

¿Somos dueños de una única personalidad en nuestra cotidianidad? O vamos a haciendo la del camaleón que cambia de color según la ocasión como dice un famoso tema tropical. Un abrazo y hasta la próxima.

Por Javier Dávalos para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7

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