Erica Rivas

Entrevista a Érica Rivas: “En El Prófugo poner al sonido en primer plano me pareció revolucionario”

En Alegre Distopia por Radio Racional Salta Lucas Bertone entrevistó a Érica Rivas, actriz argentina de gran personalidad y destacada trayectoria que interpreta al personaje de Inés en la película El Prófugo, único film argentino pre-nominado al Oscar como Mejor Película Extrajera. Les proponemos leer y escuchar una charla imperdible en donde recorrimos el proceso de composición de su personaje, su experiencia en la realización del film de Natalia Meta, y su reflexión en torno a los temas que desarrolla la película: la dualidad, el goce femenino, el amor y lo onírico.

¿Qué fue lo que te interesó del personaje de Inés para aceptar el papel protagónico en El Prófugo?
Me sedujo el momento en el que está en su vida, que es un momento de transformación, de cambio de piel como mujer, como persona en este mundo y como artista. Está enamorada, también, y está en una zona de indeterminación, de vacilación, en la que uno no sabe si está despierto, si está dormido, si está soñando. Ese límite me pareció interesante explorar en la actuación. También me interesó mucho la novela de Feiling (El mal menor, de C. Feiling, novela sobre la cual se basa la película) y Natalia Meta como directora.

Seguramente leíste el libro de Feiling “El mal menor” para componer el personaje. ¿Qué te pareció la novela y qué cosas tomaste del personaje del texto literario?
En realidad de la novela el personaje no tiene mucho. Natalia Meta (directora de la película) necesitaba que el personaje fuera muy empático, que fuera una mujer con la que uno se pueda identificar muy fácilmente. Me gustó eso de que ella tiene una transformación y que ella es la que primero escribe en primera persona y después también es lo que se transforma. Ese cambio de identidad me interesó mucho del personaje de la novela que, luego, quise llevar a la película.

Natalia Meta definió a la película como una “película inquietante”. ¿Vos cómo la definirías?
Me parece que inquietante es una muy buena definición. Tampoco es un film que se pueda definir en un estilo. También es un largometraje de amor y de terror psicológico. De todas formas me quedo en el inquietante de Natalia, me parece mejor.

La película, y también el libro, proponen un cruce que se da entre lo rutinario y lo sobrenatural y lo onírico ¿Cómo pudiste trabajar desde el personaje esa indeterminación constante en donde nunca estás seguro en qué dimensión estás?
Esa es una parte que me interesó atravesar, pensar y sentir. Lo que tiene que ver con esa paranoia de si lo que se está viviendo es o no la realidad y lo que te lleva a esa pregunta: qué es la realidad y qué es el sueño. También hay un tema que atraviesa todas esos interrogantes en la película que es el sonido, ahí también me apoyé para pensar esos lugares de indeterminación o fantasía, según cómo lo quieras llamar. En el sonido es en donde estaba el terror también.

En el film lo sueños son la puerta de entrada de los sobrenatural, pero para Inés también significa un lugar de liberación, de nuevas percepciones. ¿Cómo ves este tema?
Hay un corte de la película que me pareció muy interesante de recorrer en mí que es Inés como artista, es decir, el momento en que uno como artista crea algo. Ese instante en el que uno tiene todo lo onírico, todo lo que es la salida de la angustia de este mundo y lo transforma en una entidad, arma algo con todo eso. Realmente me llevó a pensar en mí como actriz. En el caso de Inés eso fue la obra del final, ese coro que marca eso que ella pudo llegar a componer después de todo lo que le pasó. Lo que a ella le pasa es parte de ese proceso, también. Es algo que nos sucede los artistas, es como un mecanismo esquizofrénico que nos sirve para apalear la angustia que nos genera este mundo.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Natalia Meta y con el gran elenco que conforma la película? ¿Ensayaron mucho, les llevó mucho trabajo componer a cada personaje e interrelacionarlos?
El trabajo con Natalia fue maravilloso. Natalia es una directora súper generosa, que está al servicio de lo que quiere contar. Es muy abierta y sabe lo que quiere, pero no lo sabe de una manera caprichosa, sino que lo intuye y lo comunica y está abierta a ensayar mucho. Con el elenco y la coreógrafa Diana Szeinblum ensayamos bastante el tema físico, también el texto, inclusive escenas que no estaban en la película, cosa que le agradezco a Natalia. Eso también me hizo conocer aún más a los actores del elenco, todos ellos muy genios en lo que hacen. Nos divertimos mucho trabajando.

En la película se trabaja con el universo del sonido, en un mundo en el que estamos rodeados de imágenes. ¿Qué significa para vos esta idea de Natalia Meta de correr el eje de la imagen al sonido?
Esa decisión es una apuesta política. Es dejar de lado lo visual para pasar a la dimensión sonora y ahí hay coas que no nos suceden cuando estamos tan fijados en la imagen. Estamos llenos de imágenes en todos lados, y el sonido pasa a un segundo plano. Traerlo a un primer plano me parece que fue una dimensión inteligente y sensible de parte de Natalia. Para mí fue alucinante trabajar con eso en el personaje, en la actuación y en el diseño de las escenas. Me pareció revolucionario.

Hay un tratamiento filosófico del amor, del deseo y el goce femeninos en la película. ¿Cómo trabajaron esa dimensión desde el film?
Todas estas temáticas que vos nombrás están en el guión desde el principio. Es muy interesante trabajar con una directora mujer el deseo, el goce y el amor femeninos, es decir, desde nosotras. No te podría resumir todo eso porque te tendría que contar todos los ensayos, el rodaje y todo lo que estuvimos escarbando sobre esta historia, mezclándola con la nuestra. En definitiva, estas cosas que hacemos las mujeres, que es entretejer historias. Es algo que tiene que ver con muchas charlas de mujeres, de amigas, y tiene que ver con el secreto, con el deseo y con eso que a veces llamamos amor. No te puedo decir más porque te tendría que contar charlas íntimas que no sé si me las acuerdo y que no te las diría por elegancia y lealtad a mi amiga.

¿Cómo ves el cine nacional actual, y más específicamente, el cine argentino dirigido por mujeres?
La verdad no te puedo decir mucho. Consumo bastante cine argentino pero no me siento capacitada para hablar del “cine argentino” con todo lo que ello implica porque es muy basto, por suerte. Siento que se necesita más presupuesto para películas más chiquitas, para películas de mujeres. Estamos en un momento de mucha fuerza que se tiene que seguir expandiendo. Creo que tiene que haber mucho más cine argentino en las salas. Desde otros lugares del mundo se ve al cine argentino como un gran cine y esto lo digo siempre porque me gusta mucho saber cómo nos ven desde otros lados y me da mucho orgullo nuestro cine en otros sitios. El cine es uno de los lugares de más orgullo que tenemos los argentinos a nivel cultural en el mundo y eso me produce mucha felicidad, de la misma forma que esté hecho por mujeres, actuado y escrito por mujeres y disidencias.

Sabemos de tu compromiso en relación a la lucha contra la violencia de género. Salta es una de las provincias con más altos índices de femicidios. ¿Qué mensaje les enviarías a las mujeres salteñas que luchan todos los días contra este flagelo?
Sé que Salta es una de las provincias más golpeadas. Desde mi humilde lugar de actriz creo que tenemos que juntarnos nosotras, que tenemos que acompañarnos entre nosotras. A denunciar, a estar juntas en los momentos difíciles de las maternidades, de la vida como mujeres, debemos escucharnos y confiar en la otra para poner freno a toda esta violencia. Pero eso se hace juntas, no se puede hacer solas. Me da vergüenza decir algo desde mí, porque sé que hay muchas colectivas que está peleando en el territorio mismo, las abrazo a aquellas que están juntas y organizadas. Y a las que a veces estamos solas, digo que nos juntemos y tratemos de ser escuchadas por nuestras amigas y acompañar, sobre todo en las denuncias. Tenemos que tener la empatía de acompañar esos momentos que son muy difíciles de vivir. No lapidarnos ni cerrarnos las puertas entre nosotras porque somos nosotras las únicas que nos tenemos. Criar nuestros hijos en comunidad, leernos libros, contarnos historias de nuestras ancestras, abrirnos al dolor de la otra.

Escuchá aquí la entrevista completa:

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