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Las confesiones del «Burrito» Ortega

La selección, su relación con Maradona y su amor por River fueron algunos de los temas que abordó en una entrevista.

En diálogo con el programa Líbero de TyC Sports, Ariel Ortega realizó algunas confesiones sobre su carrera como futbolistas en las que incluyó su convivencia con Diego Armando Maradona en la Selección, el faltazo a un entrenamiento en el Mundial de Estados Unidos 1994 y el sufrimiento por acudir a algunos entrenamientos y concentraciones sin descanso, aunque aclaró: “Nunca fui a jugar un partido sin dormir”.

El Burrito contó cómo fue compartir habitación con Maradona en la gira previa a la Copa del Mundo 94: “Son pocas las personas que pudimos cumplir ese sueño de estar con él. Yo pedía que no me tocara con él por la vergüenza que me iba a dar. Pero después, por la humildad que tenía, yo parecía Diego. Me dijo ‘agarrá el control remoto, hacé lo que quieras’. Yo en vez de mirar la televisión, cuando se descuidaba, lo miraba a él. No quería tocar nada, estaba en la cama mirando el techo. E imaginate los mangazos de mis amigos. Ahí vi su humildad en persona. Ser tan grande, el máximo exponente del fútbol y que me trate de esa forma fue algo increíble”. Además, confesó que en las prácticas deseaba quedar afuera de los equipos para verlo jugar a Diego desde afuera. Idolatría total.

Ya durante el certamen, al jujeño le tocó concentrar con Hernán Díaz. “El Profe (Ricardo Echeverría) era un fenómeno, te hacía bromas y a mí me tenía de punto porque con 20 años era el más chico”, inició la anécdota. Y prosiguió: “Un día terminó un entrenamiento y dijo ‘mañana que venga a entrenar el que quiera, el que no quiere, que no venga’. Y yo me lo tomé a pecho, ja. Al otro día Hernán se cambió y fue; yo me quedé en la habitación. Estaban entrenando Batistuta, Caniggia, Diego y yo con el control remoto en la habitación”. ¿El remate? “Vino el profe y me preguntó por qué no había ido a entrenar, me re cagó a pedos. ‘Salí, salí’, me dijo. Y me hizo entrenar como tres horas”.

Luego de hacer una confesión de índole íntima respecto al horario de preferencia para el sexo (“como venga, cuando pinte, sacudimos”), se refirió a sus salidas nocturnas: “A todos nos gusta salir, nos gustaba y nos gusta. A jugar un partido nunca fui sin dormir. Pero a una concentración y entrenamientos, sí. Es lo peor, sufrís como perro envenenado. Aparte yo llegaba y no es que me tiraba en la camilla. Yo iba y entrenaba”.

Otras frases

 “A Diego lo amo tanto como persona. Cuando me pasaba algo bueno siempre aparecía y me elogiaba. Y también estuvo en momentos difíciles para mí”

· “Si no hubiese jugado en River no hubiese sido lo que soy y tenido lo que tengo. Amo y muero por River. Vine acá con nada, con dos pantalones y un calzoncillo. Hoy soy lo que soy por River”

Estuve a punto de jugar en Racing. Cuando me fui de Turquía. Marín tenía buena relación con Grondona. Yo ya había estado con Marín y habíamos arreglado todo. Fuimos a arreglar todo con Julio al otro día y salí de ahí como jugador de Racing. Al otro día me llamó Marín y me dijo ‘no se puede’. No me dio más explicaciones”

· “Riquelme, Zidane, esos jugadores verlos en la cancha y jugar con ellos fue un lujo. Romário es un crack de los cracks. El chabón es recontra solitario pero salía seguido. Un día se peleó con el entrenador y le dijo ‘yo si no salgo, no hago goles’. La gente le cantaba ‘vete de fiesta, Romário vete de fiesta’”

· “No entiendo cómo hoy no hay clásicos, no hay visitantes… Están destruyendo el fútbol que yo viví”

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