Hay Coca

Reseña de “Hay coca”: Puna, cine y dictadura

Esta semana traigo para compartirles mis impresiones sobre “Hay coca”, un cortometraje disponible en Cine Ar rodado en 2018 en el corazón de la Puna salteña. Dirigido y escrito por José Issa y protagonizado, estelarmente, por los consagrados Roly Serrano y Cástulo Guerra.

Este corto desarrolla la historia lineal de Richard y Victorio, dos amigos que se reencuentran luego de un tiempo y celebran, con un interminable brindis, esa dicha. Richard, interpretado por Cástulo Guerra, trae consigo un paquete que deberá entregar, pero un infortunio en su salud hará que Victorio, Roly Serrano, sea el encargado de hacerlo.

Esa travesía que emprenderá este personaje lo llevará a sortear una enorme barricada con la ley como así también los intensos relieves de la impresionante y mítica puna salteña. En este sentido, el corto se sitúa, contextualmente, en 1970, en pleno desarrollo de la Dictadura militar argentina, en donde la censura y el terrorismo de Estado eran moneda corriente. Una vez finalizada la proyección, los datos se amplían y otorgan una información muy potente: la obra del ingeniero Maury conocida como el tren a las nubes y el cine erótico de la Coca Sarli, son dos fenómenos que trascienden las prohibiciones y la censura de la época.

Justamente el aspecto ferroviario y la cuestión cinematográfica serán transversales en el armado total de la trama. La escenografía natural de la Puna estará acompañada de rieles y ruinas del mundo del tren como así también del mágico viaducto La Polvorilla como cruce y destino final de Victorio. Allí él entregará esa preciada encomienda a los lugareños y trabajadores ferroviarios.

“Hay coca” es un título simbólico interesante para desplegar dos aspectos importantes de la cultura popular argentina. El primero tiene que ver con una planta que se consume en el Noa y forma parte no sólo de un aspecto culinario sino también de los ritos y regalos de la Pachamama. Armar el “acullico” en la boca servirá para calmar el hambre, pero también para combatir y lidiar con los desafíos naturales de la Puna que tienen que ver con su terreno agreste, la altura y su interminable viento. Allí Victorio hará volar las hojas de coca cuando entregue los restos de su amigo a la Pachamama y aceptará de un niño del lugar una porción de las mismas para hacerle frente a ese andar rodeado de cardones y hostilidades naturales propias de la Puna. Por su parte, el segundo aspecto a mencionar tiene que ver con la posibilidad de contar con el tesoro nacional cinematográfico popularmente llamado “la Coca Sarli”. Tanto esta última como la hoja de coca en sí serán retratados simbólicamente para dar cuenta de un periodo oscuro como la dictadura, pero por sobre todo la potencia y vigencia del cine como así también la actividad ferroviaria en ese entonces.

Lo popular en un amplio territorio como el argentino permite codearse con los ritos propios del Noa y su versión puneña como así también aquellos que tienen que ver con manifestaciones artísticas más metropolitanas como la de Isabel Sarli. “Hay coca” logra traerlos a un cortometraje de trama lineal para ponerlos como parte de lo que logra trascender en una época de censura.

Este corto es una linda proyección sobre lo majestuoso del mundo puneño como así también del armado monumental del mundialmente conocido Tren a las nubes. En esta historia de amistad se proyectará la idiosincrasia de un lugar, la resistencia a la oscura dictadura desde lo arquitectónico como así también desde lo artístico.

Entrevista con su director, José Issa:

Hasta la próxima estimados y estimadas.

Por Javier Dávalos para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los viernes de 22 a 00 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7

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