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Tyson Fury le ganó a Deontay Wilder en una pelea apasionante

El británico defendió la corona de los pesos pesados en una velada que quedará para el recuerdo con dos caídas por lado y una definición digna de la categoría.

Los libros de historia deportiva sin lugar a dudas hablarán de esta velada épica en el T-Mobile Arena de Las Vegas con el cierre de la trilogía entre Tyson Fury y Deontay Wilder. El británico retuvo el título mundial de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en un combate que no defraudó: tuvo dos caídas por lado y una definición por KO en el 11° asalto que fue verdaderamente impresionante.

Con personalidades en las gradas de la talla de Shaquille O’Neal o Magic Johnson, Wilder se demoró más de lo esperado –se dijo que tuvo problemas con los guantes– hasta que irrumpió fiel a su estilo con un particular traje preparado para la ocasión pero menos cargado de los que lució en el pasado. Esta vez no fue un detalle más su ingreso, ya que en la última pelea culpó a la pesada vestimenta que utilizó de su derrota contra Fury.

En la báscula del día previo, el británico había acusado 125 kilos, una cifra sensiblemente superior a los casi 108kg que firmó el norteamericano. The Gipsy King, con su carisma a flor de piel, llegó vestido como un legionario romano mientras de fondo explotaba por los parlantes el tema “You shook me all night long” de AC/DC.

n el tercero aparecieron los dos estilos bien claros. Fury con un modelo de trasladarse más refinado, buscando precisión en sus disparos, tampoco podía arriesgar de más ante un boxeador que con cada golpe era una promesa de KO. Pero el que estuvo más certero en este caso fue el británico, que logró conectar al ex campeón mundial y lo hizo conocer la lona en un momento que paralizó corazones.

Las entradas se pagaron en el cuarto, cuando el que hombre que estuvo a punto de caer de golpe pasó al frente. Wilder puso toda su potencia sobre el cuadrilátero y dejó en la lona a Fury con una derecha letal. Tyson se tomó todo el tiempo posible, se levantó y a pocos segundos de la campanada volvió a caer. Esta vez, lo salvó el final del round.

Todavía quedaban más momentos de emotividad. El séptimo mantuvo a todos de pie en el T-Mobile, con Tyson completamente renovado en sus movimientos y Deontay con la mirada perdida. El británico conectó varios golpes de KO y el norteamericano se mantuvo en pie simplemente por su corazón de campeón, sosteniéndose incluso por momentos con las sogas.

La cuarta caída de la noche fue para emparejar ese ítem: Wilder besó la lona durante el décimo round a casi un minuto del campanazo final. Trabó a su contrincante como buscando escapar del asedio, hasta que encontró una hendija a segundos de la campanada y casi pone a Fury otra vez de rodillas con una combinación implacable de golpes.

Esta pelea no podía terminar en la tarjeta luego de una batalla tan especial. El broche de oro para los fanáticos tuvo forma de guante derecho con casi dos minutos para el final del 11°asalto. Fury trabajo a su contrincante, lo encontró contra las cuerdas y lo dejó tirado en la lona de modo tal que ya no hubo dudas que había triunfado.

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