Violencia de género

Violencia de género: cuando el estado oficia de defensor del agresor

Una salteña presentó decenas de denuncias pero ninguna de las causas avanza porque el denunciado es empleado público y obtiene asesoría en la Defensoría del Pueblo.

Salta es una de las provincias con peores indicadores en materia de violencia de género y cuando se hacen públicos algunos casos, quedan al descubierto los motivos. Es, por ejemplo, el caso de una mujer que denunció, reiteradamente, a su agresor y no sólo no obtiene ayuda del estado sino que lo tiene en la vereda del frente.

En este caso, las denuncias se presentaron en la Fiscalía de Violencia de Género N°1 y en la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual N°2 y, en ninguno de los casos, hay avances. “Sufrí violencia psicológica, física y hasta abusos sexuales, y no tengo respuestas de la justicia”, afirmó la mujer en diálogo con El Influencer.

Pidiendo reserva de la identidad por seguridad, contó que sufrió numerosos episodios violentos, que fue agredida hasta por las familiares de su expareja y que, meses después, logró tomar el valor para presentar las denuncias pero lamentó que no hayan servido para nada. “Presenté una denuncia, y él una contradenuncia. Accedió hasta a un perito de parte y eso es muy costoso. A él lo asesoran y defienden abogados de la Defensora del Pueblo de la Municipalidad de Salta porque trabaja ahí”, destacó la mujer y señaló que hace permanente gala de contactos con la política, lo que le garantizaría la impunidad.

“Sufrí violencia por dos años, tomé valentía y presenté las denuncias pero no sirvió. Todos los días me hacen ver que él tiene las de ganar porque es empleado del estado, tiene contactos y, al día de hoy, sufro persecución y hostigamiento por haber pedido el auxilio de la justicia”, relató. Incluso, recordó que el día que tuvo que presentar declaración recibió la “visita” de dos sujetos que la golpearon y le advirtieron: “loca de mierda, deja de hacer quilombo. Vas a aparecer puerta o presa”.

A la fecha, las causas están “paralizadas” y la vida de la mujer corre riesgo todos los días ante la pasividad de la justicia.

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *