Belleza y buen carácter se combinan en este felino doméstico que es, para muchos, un desconocido. A pesar de ello, las características del gato siamés le han convertido a lo largo de la historia en una de las razas felinas más apreciadas y no le faltan motivos para ello. Tal es su encanto que a los siameses se les conoce como «los Príncipes de los gatos».
Un calificativo que honra la sociabilidad de esta raza, un factor que les distingue y que rompe, en cierta manera, con el mito de los gatos independientes. Porque si algo caracteriza al gato siamés es, precisamente, que son mucho más apegados que otros gatos.
Caseros, cariñosos y «habladores», los siameses son unos compañeros ideales para el amante de los gatos. Descubramos más de su historia pero, sobre todo, de las características que convierten al gato siamés en un adorado miembro más de la familia.
EL GATO SIAMÉS, UNO DE LOS MÁS ANTIGUOS DE LA HISTORIA
Curiosamente, el gato siamés es uno de los más identificables por el público general por sus características físicas. Unas que les diferencian del resto de los gatos y que, curiosamente, no han variado a través de los muchos siglos de historia con los que cuenta esta raza.
Y es que, aunque es poco conocido, es una de las razas de gatos más antiguas que existen. Las primeras referencias que existen sobre siameses se remontan a los templos sagrados de Siam, en Tailandia, dónde se les denominaba «Diamantes de la luna» (por el característico color azul turquesa de sus ojos). Los entonces pobladores de estos lugares religiosos atribuían a los gatos siameses la capacidad de alejar espíritus malignos y atraer la buena suerte, por lo que eran un raza venerada. Lo curioso es que, en aquel entonces, estaba prohibida su venta: solo estaba permitido regalarlos, por lo que cobraron un carácter todavía más excepcional.
Como no podía ser de otra manera, su llegada a Europa fue a finales del siglo XIX siguiendo esta misma tradición tailandesa: mediante un regalo. Para muchos poder disfrutar del gato siamés en nuestro continente fue gracias a los presentes a embajadores ingleses y, posteriormente, gracias a la fama que lograron los siameses tanto por su belleza como por su carácter entre los amantes de los animales.
CARACTERÍSTICAS DEL GATO SIAMÉS
Comencemos por las particularidades físicas que hacen del gato siamés uno reconocible al primer vistazo. Con cabeza de corte triangular y orejas terminadas en punta, uno de los rasgos más significativos es que todo siamés tiene los ojos de un azul intenso muy particular. Añadido, es precisamente su mirada uno de los rasgos más característicos: a diferencia de la generalidad de gatos (con ojos rasgados), los del siamés suelen ser redondeados.
De pelo corto y suave, son muchos los tonos en los que es posible disfrutar de la belleza del siamés: chocolate, negro, café con leche, gris y otros tonos se combinan inevitablemente con el blanco. También es muy significativo que el triángulo de su cara suele contar con uno de los colores más oscuros de su manto. Un capricho de su genética que convierte sus miradas en las protagonistas de su estampa.
Pero sí su físico es reconocible, lo más singular del gato siamés es su carácter. Uno que podemos resumir en otro de los sobrenombres que recibe: el perro de los gatos. A diferencia de otros, el siamés necesita de la compañía de su dueño por su alto nivel de sociabilidad y lo cariñoso de su carácter. Extremadamente juguetones, son inteligentes y activos por lo que es necesario jugar con ellos no solo para estrechar nuestros vínculos afectivos sino, también, porque su nivel de dependencia es superior al de otros gatos (por lo que agradecerán que, como parte de su desgaste de energía, formemos parte).
Por su carácter, el gato siamés es dado a perseguir a sus humanos y a recibirlos con alegría cuando vuelven a casa, ya que la fidelidad es uno de sus rasgos más característicos y apreciados por los humanos. Es tal su manera de ser que aceptan de buen grado el arnés e, incluso, admiten ser paseados.
Y dejamos para el final una de sus características más singulares, que no es otra que su altísima capacidad de comunicación. El gato siamés es un gato parlanchín que cuenta con un amplio número de registros (que no son solo el maullido al uso) para interactuar con sus dueños.
CUIDADOS ESPECIALES DEL GATO SIAMÉS
Por último, queremos hacer mención a algunos de los cuidados especiales que necesita el gato siamés. Es cierto que se trata de una raza felina sin grandes complicaciones de salud, pero sí es necesario saber que son propensos a problemas hepáticos o de corazón, y de visión (buen motivo por el que muchos siameses parecen bizcos).
Evitar las primeras dolencias es tan sencillo como velar por su correcta alimentación(inclinándonos siempre por el pienso seco), más allá de (al igual que con cualquier otro animal que tengamos) respetar sus visitas veterinarias.