Belén Couso llegó de Lanús y quedó atrapada en la magia de las rutas salteñas. En esta nota exclusiva con El Influencer nos cuenta cuáles son las razones por las que llegó a Salta y sobre “Mujeres al Mando”, la red de mujeres motociclistas más grande del mundo.
Con 38 años y nacida en el conurbano, Belén tiene muy en claro cuáles son sus metas y pasiones: el motociclismo, el deporte, su empresa de cosméticos y su comunidad llamada “Mujeres al mando”.
Su pasión por las motos comenzó sin saberlo, “de chica yo vestía como motoquera amaba todo el look de los 80´s, toda de cuero, como si tuviese una Harley Davidson, pero en realidad nunca en mi vida me había siquiera subido a una moto”, cuenta Belén y agrega: “En esa época yo iba de acá para allá con las bolsas de los productos de la empresa de mi vieja y un día, el diseñador gráfico de la marca, que era motociclista muy fanático, me dijo: ‘¿Por qué no te comprás una moto y ya?’. Entonces me contactó con alguien que armaba motos y me armó algo para comenzar, que se amolde a mi cuerpo, como un híbrido”.
“Después de eso, nunca más me bajé, ahí comencé a ver cosa que me hacían ruido, yo era un bicho raro, o se reían de mí, o me felicitaban como si fuera una heroína!”. Sobre esta experiencia nos cuenta que “hace treinta años, mi mamá agarraba el auto y los comentarios machistas eran los típicos: ‘uuuy una mujer al volante’ o ‘¡qué peligro, mirá como maneja!’. Hoy en día, eso ya está naturalizado, lo que yo quiero con Mujeres al Mando, es lo mismo, naturalizarlo y que no sea raro vernos en la ruta”.
La comunidad que lidera Belén impulsa a que todas aquellas mujeres que deseen tomar una motocicleta para cualquier aspecto de su vida, lo hagan con los recursos, las herramientas y la información necesaria. Ya en 2017 fundó la primera escuela de conducción de motos para mujeres, a la fecha, este espacio cuenta con más de 20.000 motociclistas que además hacen tareas solidarias.
Como se trata de un medio de transporte muy bastardeado, también se ocupa de brindar la información necesaria para cumplir con los requisitos de seguridad, “la comunicación es directamente proporcional al cuidado, a la gente hay que decirle que se ponga el casco o cómo cuidarse en una ruta y ser un buen conductor, y que de esta manera se pueda vivir y desarrollar la vida sobre este vehículo”.
En relación a los usos de estos vehículos en todos sus planos, Couso expresa “No es sólo un hobbie, no es sólo un deporte, la moto es emancipadora. Es un transporte social, económico y una fuente de trabajo, conocí mujeres que caminaban 100 cuadras para ir a sus trabajos, o que sentían miedo de esperar el trasporte público, y que hoy, gracias a este medio ganaron autonomía y seguridad. Ni hablar de la moto como fuente de trabajo, cuántas pibas haciendo servicios de entrega y cadetería, cada vez son más”, remata la motociclista.
Rutas seguras, rutas empoderadas
Desde sus comienzos, Belén siente la responsabilidad que tiene a la hora de conducir su vehículo y su grupo. A la fecha se encuentra en Salta tendiendo redes para crear rutas seguras para que todas las mujeres que deseen salir de viaje en un futuro.