El concepto de una tercera vía surgió hace varios años, quizás pueda en la cultura política reciente remontarse al Gobierno de Juan Domingo Perón cuando el entonces presidente planteo la idea de la Tercera Posición como construcción teórica obedeciendo a la búsqueda de una opción entre el capitalismo (explotación del hombre por el hombre) y el colectivismo o totalitarismo (explotación del hombre por el Estado)
De alguna manera, desde fines del siglo XIX en adelante, son varias las propuestas teóricas que desde la propia Europa intentan superar esa díada.
En la década de los ’90 fue planteado como un eslogan apto para promover la renovación de la socialdemocracia en Europa e incluso del ala progresista del Partido Demócrata en los Estados Unidos.
Es interesante destacar como el pensador francés Jaques Maritain, quizás la principal fuente en la que se inspiró el peronismo para el desarrollo de su tercerismo rescata ese concepto de la filosofía de Santo Tomás: “recordaré dos textos de Santo Tomás de Aquino. En el contraste que ofrecen, y por su condición de complementarios, enuncian en toda su amplitud el problema político. En el primero se condena los individualismos y personalismos extremos, y en el segundo, las concepciones totalitarias del Estado” (Piñeiro Iñiguez, 2010).
Hoy en este 2021, ya no como planteo pos guerra fría como sucedió antes sino pospandemia empieza a abrirse la posibilidad de la construcción de esta tercera vía entre la disputa del Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
En este marco empiezan a tomar partida personajes de peso en la política, Randazzo, Emilio Monzó, Humberto Tumini, Margarita Stolbizer, Graciela Camaño, Lavagna y Juan Manuel Urtubey.
Este nuevo espacio se para en la política buscando nuevas formas de comprender la actividad política en el tiempo de cambio cultural, económico y social, así como un modo de evitar la polarización y de encontrar una idea de transversalidad que posibilite el equilibrio y la superación de los conflicto a partir de la construcción de nuevas identidades.
En particular la reaparición de Florencio Randazzo en la escena política entusiasmó a los dirigentes que buscan desmarcarse de la polarización entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Hoy el Ex ministro anuncio que será candidato este año pero dejo en claro que “Vamos a competir en las elecciones de este año, con perspectivas al 2023”
Es claro que existe en la Argentina una frustración con la gestión de Cambiemos, y pareciera estar sucediendo lo mismo por diferentes factores, tanto internos como externos, con el gobierno de Alberto Fernández. Esta frustración o cansancio de la sociedad generar un espacio competitivo para la construcción de esta oferta de centro, que buscara, seguramente, romper con la polarización y contener una sociedad descontenta, particularmente la clase media y clase trabajadora.
La aparición de esta construcción política que sale de los antagonismos ha mostrado sus resultados electorales positivos en las provincias donde prevaleció la propuesta de centro o local por sobre las construcciones ancladas en los proyectos del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio.
Esto es así, porque, es la propia sociedad la que le reclama a la clase política una coexistencia más armónica, pide cierta unidad que deje atrás las divisiones. Por eso esta propuesta genera ilusión.
Es posible, y necesario, cerrar la grieta, por eso la aparición de dirigentes dispuestos a dialogar en serio y dejar de lado el rédito inmediato generar algo positivo en la sociedad, pero además hablando de lo que importa, fuera de los extremismos sino planteando alternativas para solucionar los graves problemas sociales y económicos de nuestro país.
Ahora, el primer paso ese, ganar el imaginario colectivo y después las urnas, así debería ser el camino, mostrase primero, esta tercera vía que quiere romper con el bicoalisionismo.
El momento es el oportuno para construir esa mayoría transversal para un Gobierno al servicio de la gente, un espacio democrático, popular, feminista y patriótico, que sea el motor de un nuevo acuerdo de país en el momento en el que la política ha roto el contrato social.
La batalla será cultura, de ideas, y el objetivo que la sociedad pueda encontrar representado y como posible la realización de ese sueño colectivo.
Seguramente las próximas elecciones nacionales sean la muestra clara de que este espacio, necesario, sea la propuesta que está buscando y esperando la sociedad.
*Abogado -Dirigente
Diplomado en Políticas Publicas
Distributivas y Desigualdad