El oeste del continente, principalmente Alemania, comenzó las tareas para limpiar las ciudades inundadas de barro y escombros, restablecer la electricidad y evaluar las millonarias pérdidas.
El oeste de Europa, principalmente Alemania, se activa este sábado para limpiar las ciudades inundadas de barro y escombros, restablecer la electricidad y evaluar las millonarias pérdidas, tras un destructor diluvio que ha causado al menos 157 muertos y cuyo saldo podría agravarse ya que sigue habiendo personas desaparecidas.
En todas las ciudades afectadas, los bomberos, los servicios de protección civil, los responsables locales y militares, comenzaron ya las gigantescas tareas de limpieza de escombros y de barro que obstruyen a menudo las calles.
“La tarea es inmensa”, admitió Tim Kurzbach, el alcalde de Solingen, una ciudad del estado de Renania del Norte-Westfalia. Y la magnitud de la catástrofe solo se vislumbra.
Hay que achicar el agua, evaluar la solidez de los edificios dañados, algunos de los cuales tendrán que ser demolidos, restablecer el suministro de electricidad, gas y teléfono además de albergar a las personas que perdieron todo.