En una conferencia de prensa reconoció que lo sucedido en ese partido fue «inaceptable» sin dar pistas la resolución al respecto.
El presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, se desligó este lunes de la resolución del clásico Brasil-Argentina, suspendido el pasado 5 de septiembre en San Pablo por la irrupción de agentes sanitarios del gobierno nacional en el campo de juego del Arena Corinthians.
«Lo que tengo que decir es que se trata de un caso pendiente en la Comisión Disciplinaria de FIFA y que como presidente no puedo ni tengo que intervenir. Los organismos jurídicos son independiente y deciden en base a las reglas», se excusó Infantino, de visita en Buenos Aires.