Esta semana traigo para compartirles mis impresiones sobre “Mentes peligrosas” (Dangerous minds), un film del director canadiense John Smith, protagonizado, estelarmente, por la talentosa Michelle Pfeiffer como figura principal de esta proyección, y un elenco compuesto por actores casi ignotos para la época como Wade Dominguez, Idina Harris, por nombrar solo algunas participaciones. La película se encuentra disponible en Facebook gracias a la gentileza de algunos usuarios de esa red social.
“Mentes peligrosas” es un film estrenado en 1995 y se presenta como una adaptación del libro autobiográfico de LouAnne Johnson My Posse Don’t Do Homework (“Mi pelotón no hace los deberes”) publicado en 1992.
La trama ficcionaliza la figura de Louanne Johnson, una ex marine recientemente divorciada, que decide buscar trabajo en el mundo de la docencia. Su andar la ubicará en una institución estatal estadounidense rodeada de los flagelos cotidianos de un lugar marginal y violento. Allí, casi de forma inmediata, será contratada para dictar clases a un grupo “especial” de estudiantes. En palabras de un amigo colega de la misma, interactuar con ellos sería lidiar, en primera persona, con complejos “problemas sociales”: violencia, marginalidad, racismo, embarazos adolescentes, consumo de estupefacientes, peleas de pandillas, etc. Es importante agregar que el contexto que completa el cuadro es el destino de fatalidad sobre las vidas de estos estudiantes. En ese ámbito, el coqueteo con la mala junta y sus actividades criminales como así también, la muerte prematura, son desenlaces inevitables.
“Mentes peligrosas” pone en primer plano el rol humanizado que debe ser la esencia de cualquier figura docente. Louanne Johnson, apenas cruza la puerta de esa especie de jungla llamada aula, choca con una situación didáctica compleja: estudiantes completamente obstinados a no escuchar ni mucho menos respetar. Ese lugar llamado Escuela es uno que no tiene ningún tipo de significado en sus vidas futuras y, para el colmo, sus contenidos se encuentran muy distantes de sus complejas realidades. El rol docente que girará en torno a la figura de Louanne Johnson es uno que tiende a poner en primer plano la empatía como camino al entendimiento de toda esa situación pedagógica.
Louanne tratará de entender los códigos de ese contexto violento y, en primera persona, visitará las humildes residencias de sus estudiantes. Comprenderá las cosas significativas con las que conviven e intentará darles sentido a sus vidas académicas. El rol empático agudizará una crítica no muy desarrollada, pero presente en el film. Una que tiene que ver con la cuestión del mundo administrativo, los rituales cotidianos y el tema del respeto a la autoridad. Así, por ejemplo, Emilio, un estudiante amenazado de muerte que llega desesperadamente a las oficinas de la máxima figura del establecimiento buscando ayuda, no es atendido por el director del lugar por no haber llamado a su puerta y entrar sin permiso. Esa reprochable actitud y desatención por parte de las altas esferas educativas le costará la vida a dicho estudiante.
También habrá espacio, en el film, para indagar la puesta en escena de la propia labor docente. Louanne Johnson llamará la atención de sus alumnos ofreciendo recompensas por los buenos resultados, una especie de práctica conductista, se podría decir. Más allá de eso, sin duda alguna la riqueza de la acción pedagógica, ejercida por la protagonista, tiene que ver con el sentido del contenido curricular en la vida misma. Allí Louanne utilizará la poesía como un camino para reflexión de la cotidianidad. Pondrá a jugar, intertextualmente, la pluma de Bob Dylan y su glorioso tema Knockin’ on Heaven’s Door (Llamando a las puertas del cielo) con el poema de Dylan Thomas “No entres dócilmente en esa buena noche”. Tanto uno como el otro describen a la muerte en distintos escenarios y le permite a la docente intercambiar ideas sobre la misma, el destino de fatalidad y la actitud de cada mortal con respecto a todo esto. No está de más decir que el film acondicionará con su sonido y dará fama eterna a Coolio y su aclamado tema Gangsta’s Paradise (Paraíso Gangster), una reflexión, en primera persona, de un pandillero sobre su vida violenta signada por el destino inevitable de serlo.
“Mentes brillantes” es una película lejana en el tiempo, una que puede entenderse como una inspiración y motivación. Promueve la empatía como herramienta indispensable para comprender un mundo tan desigual y complejo como éste. Si estás dispuesto a transitar los caminos que te comenté anteriormente, la invitación está realizada.
Hasta la próxima estimados y estimadas.
Por Javier Dávalos para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7