Será realizada por la firma australiana Fortescue. El hidrógeno verde es considerado «el combustible del futuro» y es generado mediante electrólisis a partir de energías renovables.
La Argentina recibirá una inversión de USD 8.400 millones a través de la empresa australiana Fortescue Future Industries (FFI) para producir hidrógeno verde en la provincia de Río Negro, según informó la delegación oficial en la ciudad escocesa de Glasgow, donde se desarrolla la Cumbre sobre Cambio Climático COP26.
En el marco de esa reunión internacional, autoridades de la firma australiana le anunciaron al presidente Alberto Fernández la inversión que se desarrollará cerca de la ciudad rionegrina de Sierra Grande y que permitirá, se estimó oficialmente, la creación de más de 15.000 puestos directos de trabajo y entre 40.000 y 50.000 indirectos. El Gobierno comenzó a llamarla “la inversión del siglo”. Además formará parte de la transisión energética que en algún momento el país deberá hacer dejando de usar el carbono y otros combustibles contaminantes.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta y no es considerada una fuente energética en si misma, sino un vector energético, ya que almacena energías generadas por otras fuentes de manera tal que posteriormente pueda ser posteriormente liberada en sistemas ya conocidos.
El hidrógeno verde es considerado «el combustible del futuro» y es generado mediante electrólisis a partir de energías renovables como la solar y la eólica, en las que la Argentina tiene un gran potencial para desarrollar proveedores competitivos y crear nuevos empleos.
Andrew Forrest, es el millonario australiano que invertirá USD 8.400 millones en la Argentina. Es uno de los 100 hombres más ricos del mundo y tiene la séptima fortuna más grande de su país, con USD 13.500 millones.
Según los propios datos de la empresa, Fortescue Metals Group lleva invertidos más de 30.000 millones de dólares en el desarrollo de diversos proyectos en distintos países y desembolsó más de 1.000 millones de dólares en la transición hacia la descarbonización de sus procesos.