Lola Randl (Múnich – 1980) es una directora de cine y guionista alemana. En 2001, Lola Randl comenzó a estudiar dirección cinematográfica en la Academy of Media Arts de Colonia. Se graduó en 2006 con el cortometraje Wohlfühlwochenende. Después de sus estudios en Colonia, asistió al taller de guiones (Drehbuchwerkstatt München) en la Universidad de Cine y Televisión de Munich y se fue en 2007 como licenciada. In Between Days / Die Besucherin (2008) fue el debut cinematográfico de Lola Randl y se estrenó en el 58º Festival Internacional de Cine de Berlín. “El gran jardín” es su primera novela.
“En alemán, “brote” se dice igual que “pulsión”: Trieb. Una pulsión se siente como una urgencia irresistible. Las plantas y los animales no piensan en oponerle resistencia a la pulsión, mientras que el hombre posterga y transforma sus pulsiones cada vez más” (24)
“El gran jardín” es una novela narrada por una mujer que se muda con el marido y sus dos hijos desde Berlín a una zona rural en la que vive su madre. Tiene además un vínculo sexual con su ex analista, un amante en el pueblo y una terapeuta con la cual hace terapia conversacional. Estas relaciones producen situaciones de humor relacionadas, en general, con el absurdo.
No sabemos mucho de las motivaciones para este traslado, pero sí que la narradora pretende escribir una especie de enciclopedia de horticultura. Lo que en principio es un proyecto sin una base “real”, ya que no sabe nada sobre el tema y gran parte de la novela es tanto la investigación sobre la diversidad de actividades, sobre las plantas y animales propios de una granja, pero también el naufragar del mismo.
Campo y ciudad son dos espacios que desde la tradición clásica han sido explorados y utilizados para operaciones estéticas, éticas y políticas. Dichas visiones constituyen una serie de capas difíciles de reconstruir y en cada país tienen su propia historia: en general el campo ha sido pensado como una sociedad orgánica, homogénea, cognoscible, en la que se han depositado valores como el esfuerzo, la solidaridad, la honradez, la vida “simple” y “verdadera” frente a la ciudad como ámbito de la pérdida de los lazos comunitarios, lo heterogéneo, el caos y la búsqueda del lucro.
“El gran jardín” de Lola Randl es una novela que se construye a partir de pequeñas secuencias narrativas y expositivas que arman con cierta fragmentación un gran mosaico de la vida en un pueblo rural en Alemania. Se trata de secuencias que van narrando historias de los lugareños y de los sucesivos visitantes, pero que en general, no siguen una cronología estrictamente lineal. De esta forma, la gran diversidad de plantas, frutos, insectos, animales que son parte del microcosmo “natural” del lugar se le suma también la diversidad de habitantes, pero sobre todo de personas que llegan buscando algo idealizado y también las que lo abandonan: japonesas, “hombres nuevos”, ecologistas que practican la permacultura con el objetivo de salvar al mundo, personas que practican “ultra-light-hiking”, que planean grandes proyectos que fracasan como la refacción de un castillo familiar, un hotel con canchas de tenis, etc. Lejos de ser un espacio clausurado, homogéneo este gran jardín que se arma en el relato es un lugar de tránsito y diversidad tanto de la naturaleza como de lo humano.
Frente a todos estos personajes en crisis, en búsqueda los fragmentos que exponen-describen las abejas, las lombrices, las plantas, los brotes, la pregerminación, etc. funcionan por un lado, como un discurso que estabiliza, que mantiene cierta objetividad y, por el otro, también funcionan como una contraposición, como una relación con la variedad de formas de vida y con los comportamientos de los humanos. Por ejemplo, frente al funcionamiento de la naturaleza que “naturalmente”, “Sencillamente” y “simplemente” se desarrollan se establece una contraposición con la vida de la protagonista y del hombre en general:
“Las campanillas blancas no tiene utilidad alguna, cosa que naturalmente las hace más lindas (…)
Las campanillas blancas no tienen idea de cuándo ha pasado el invierno. Sencillamente sale cuando el clima se mantiene más cálido (…) Si la helada regresa y ellas ya sobresalen como campanillas blancas, simplemente se recuestan sobre el suelo…”
“Una persona escindida es una persona que quiere diferentes cosas al mismo tiempo. Cuando estas cosas se contradicen entre sí, puede generarse un problema. Entonces, la persona se encuentra en una encrucijada. En los animales, la escisión sólo aparece por momentos y en general se resuelve rápidamente mediante una decisión. Huir, pelear o quedarse petrificados”.
El gran jardín es una novela que avanza como dijimos en pequeñas secuencias. Esta estructuración le da un ritmo ágil a la narración que avanza no tanto a partir del desarrollo sino a partir de la yuxtaposición y de la proliferación de microhistorias. En este relato, el humor es una constante que se relaciona con la ironía, el sarcasmo, las situaciones absurdas, los cambios abruptos de registros y los diálogos entre los personajes.
A partir del humor se desarman los mitos que culturalmente se asocian a la vida rural, así como las proyecciones que han realizado históricamente los hombres, pero sobre todo en la cultura contemporánea bajo el imperativo de la “realización personal”:
“Aunque el parásito es un parásito, es parte del paraíso. Es parte de la naturaleza y no puede ser separado de ella. En eso el ser humano la tiene más difícil. Es parte de la naturaleza y no obstante está separado de ella. Pero él mismo tiene la culpa, por ser el que imagino eso del paraíso” (89)
Si en “El gran jardín” hay algo que caracterice tanto al espacio natural como a la vida del hombre es la “entropía” a la que se le dedica una secuencia expositiva: la vida y los proyectos de cada uno de los habitantes, de los turistas y de la propia protagonista está en un proceso de “descomposición” que es evidente en los fracasos, la ruina de la casa del amante, del castillo de la familia Von Arnim, del hotel, pero también de los vecinos y su granja.
El gran jardín, Lola Randl
Chai Editora
Traducción: Ariel Magnus
2021: 308 páginas