Salteña, 34 años. Nació el 9 de diciembre de 1987. De cerrillos se mudó a villa Urquiza donde descubrió la poesía, la música y se volvió una muchacha punk. Licenciada en sobrevivir a este mundo peligroso y en tomar malas decisiones. Ya pasó ampliamente a los del club de los 27 así que no le queda otra que bancar los trapos de la realidad y criar dos hijas. Le da alimento para gatos a los perros.
Sé que de algo me van a condenar. / y cuando eso pase no quiero estar aquí, / quiero estar en el 107 rumbo a Villa Urquiza, /desabrigada y con mucho maquillaje punk /viajando despacio en el discman de mi adolescencia, / sintiendo que las avenidas son un viaje eterno.”/
“Trilogía interurbana” de Flor Arias incluye tres poemarios: “Cumulonimbus” editado en 2015, “Desabrigada” en 2017 y otro conjunto bajo el título de “Inéditos”.
Escritos entre la inmediatez de la vida diaria y la distancia necesaria para poner en la letra, para dotar de sentido el cúmulo de vivencias y de esta forma tener no solo poesía, sino una experiencia. Una experiencia que tiene como centro dos espacios urbanos: Villa Urquiza y Salta.
La relación que arman los poemas entre el sujeto poético y estos espacios tiene varias marcas. Una de las más importantes, sobre todo, en el tercer poemario es el sentimiento de nostalgia. Se trata de un sujeto que camina por la ciudad, que trae referencias culturales y cotidianas relacionadas con un tiempo anterior como los TDK, Pergolini, los Discman, Mortal Kombat, etc.:
“Caigo / que no estoy en 2003 / que la casa de Urquiza fue demolida / y la casa de pasta / es ahora una cochera mensualizada, /entonces cae la ficha / de que los berretines de la nostalgia / son pájaros / que sobrevuela buscando/ la llegada de la primavera/ (69)
Poema que recupera no solo un espacio significativo para el sujeto, sino un tiempo históricamente y socialmente significativo para los argentinos: los años siguientes de la crisis de 2001.
Otra marca de la relación con el espacio urbano está dada por “el aguante”, “la resistencia” que históricamente tiene connotaciones relacionadas al peronismo, pero también a los sectores que siempre padecen las crisis del país: los sectores populares y la clase media:
“…A la soledad hay / que bancársela / como venga/ ni más, ni menos./” (9)
“Ese antro sobre el paseo Güemes / donde nacía la resistencia / de empanadas baratas / vino de la casa. “ (57)
Pero también en algunos poemas hay una especie de fatalismo, la idea de que a pesar de todo algo debemos hacer con lo que nos toca, que a pesar del desamor al otro día hay que levantarse porque “mañana se trabaja”.
En varios poemas frente a lo urbano y, sobre todo, a cierta sensación de encierro relacionada, en principio, con Salta, ese “claustro de los cerros”, ese “horizonte elevado encierra”, aparece la posibilidad de la fuga, primero a partir de lo que sobrepasa los límites de lo humano como en los versos siguientes:
“Yo quisiera / viajar en / una nube voladora/” (22)
En esta inconformidad además, el sujeto de varios poemas deja de ser humano y se convierte o desea ser sapo, parásito, yegua, etc.
La resistencia, la experiencia urbana y la fuga encuentran espacios de empatía, de esperanza entre los discursos machistas, moralizadores, religiosos y feudales. Se trata de la pregunta por el otro, de imaginar la vida que se oculta, que no tiene signos que la interpreten, por ejemplo, las personas que suben al colectivo y son como una incógnita, un misterio:
“Habría que clasificar por colores / a las personas que suben a los colectivos, / las dolencias que tienen, / las miradas entre sí/ cuando a un pasajero se le acaba / el saldo,/ y piden que le paguen/” (64)
Los poemas que integran “Trilogía interurbana” se arman a partir de situaciones narrativas, diálogos, pequeñas secuencias que alternan con versos más metafóricos. Son versos que indagan y buscan sentidos a las experiencias cotidianas del que camina por la ciudad, la recorre en colectivo, el que empatiza con los otros, denuncia los femicidios y los discursos machistas y del que a pesar de todo tiene desea seguir adelante. Se trata en definitiva de textos que nos dan palabras, la dosis de poesía necesaria para enfrentar lo cotidiano y dotarlo de sentidos, aunque se sea consciente de que siempre son insuficientes y precarios.
Gerania Editora
2022: 100 páginas