El equipo de Scaloni lo ganó desde el vestuario, con el ingreso de un Ángel endiablado. Una exhibición notable de fútbol, hasta que apareció Mbappé. Los penales hicieron justicia, con Dibu héroe, como no podía ser de otra manera. El partido terminó empatado 3 a 3 con dos goles de Messi y uno de Di María para Argentina y 3 de Mbappé para Francia, en los penales terminaron 4 a 2 con una notable actuación del «Dibu»
¿Cómo rindieron los jugadores que eligió Scaloni para la final del mundo?
Dibu Martínez (10): como en todo el Mundial, le llegaron poco y la fue a buscar adentro varias veces. Claro, nada de eso importó ni importa. En su salsa, la de los penales, bailó y de lo lindo: atajó el segundo de ellos (a Coman) e inclinó la historia. En el tercero, que lo tiró afuera Tchouameni, hasta se animó a tirar unos prohibidos. Antes, estuvo sólido en el juego aéreo aunque no tanto con los pies, como cuando salió a despejar y terminó pifiando en una jugada confusa. Arañó el heroísmo en el penal de Mbappé pero en el inmediato segundo gol dejó la sensación de que pudo hacer algo más. En el segundo penal del crack rival, no estuvo cerca. Donde sí estuvo fue en el mano a mano agónico que le sacó a Kolo Muani, como para llegar de manera inmejorable a la tanda de penales.
Nahuel Molina (6): alguna vez Perfumo dijo -algo así como- que la tragedia del defensor es que se puede hacer todo bien durante 89 minutos, pero un error le termina alegrando la tarde a su rival. Lo de Molina fue durante 79 minutos: se lo devoró a Mbappé en el primer tiempo y buena parte del segundo. Cerró como un genio la primera buena de Mbappé -se la tiró larga a Cuti y pasó- y arrancó la jugada inolvidable del 2-0. Se durmió fuerte en el 2-2, dejando solo nada menos que a Mbappé. Salió para el tiempo extra.
Cristian Romero (6): como todo el equipo, su nivel con la Argentina arriba fue notable. Se le critica que va muchas veces al piso pero, esta vez, le salieron todas. La salida de Giroud le sacó un peso de encima, ya que había perdido la primera con el gigante galo -el árbitro cobró foul francés-. Tuvo un corte soñado al inicio del segundo tiempo, generando el ataque que terminó con volea de De Paul. No salió en las fotos de los goles franceses, pero quedó envuelto en la desesperación final, haciendo varias faltas. Zafó de que le cobren pase atrás cuando se la tocó de rodilla a Dibu en un momento de desesperación total.
Nicolás Otamendi (5): su grandísimo Mundial se topó con el penal del 1-2. Quedó de último hombre y pagó por su lentitud. Con el resultado puesto, apenas un detalle menor para el gran cacique del fondo argentino.
Nicolás Tagliafico (6): sus artes defensivas lo pusieron de titular y se encargó de ser el guardaespaldas del diabólico Ángel por la banda izquierda. Se lo deglutió a Dembelé y tuvo más trabajo con la entrada de Kolo Muani. Vale destacar un cruce notable dentro del área en el segundo tiempo: se hizo tan gigante en esa jugada que pareció Otamendi.
Rodrigo De Paul (9): ¡qué hombre! Su Mundial fue de menor a mayor, algo que se repitió en la final y no precisamente porque haya arrancado mal. Es que su segundo tiempo fue notable. Sabiduría para manejar los tiempos cuando fue necesario, como en aquella final contra Brasil en Brasil. Una pesadilla para Hernández, presionándolo. Uno de los que participó en la obra maestra argentina del 2-0, recibiendo de Molina y tocando para Messi. Pillo como él solo, se le metió en la cabeza a los rivales: Rabiot lo castigó fuerte a los 54 y Mbappé también cayó en sus redes con una patadita… Hizo lo que pudo para dormir la historia. Salió a los 103 minutos, luego de firmar un partidazo.
Enzo Fernández (9): arrancó un tanto errático, fallando el primer pase en ataque pero fue a trabar y ganó. Filosofía de juego del exDefensa y River: nunca darla por perdida. Se agrandó notablemente cuando el partido se puso 1-0 y todo empezó a pasar por él. En el (increíblemente eterno) tiempo de descuento del primer tiempo, ganó dos seguidas yendo a trabar: emotivo. Incluso se ganó -y bien ganada- la amarilla para cortar una contra en ese tramo. Aunque domina el arte de la simulación, no le alcanzó para zafar de ella. Tuvo unos cortes fenomenales cuando la cosa ya estaba empatada, incluso en la última del partido, ante el temible Mbappé.
Alexis Mac Allister (9): tres palabras hermosas: jugador de Selección. Su tarea al inicio fue quedarse con la marca de Griezmann y vaya que lo hizo. Con la superioridad del equipo, se sumó a los ataques… ¡Y vaya que lo hizo! En el 2-0 a Di María lo vio como si estuviese sintonizando la tele, un espectáculo. En el segundo tiempo generó otro jugadón al anticipar al rival, luego de leerlo como un libro abierto. Se quedó sin nafta para definirla. Hubiese sido extraordinario.
Ángel Di María (10): el fútbol le debía varias y Fideo se las cobró todas en la final del mundo, nada más y nada menos. Un acierto inconmensurable -uno más- de Scaloni, que la vio, la sintió, lo supo o como quiera decírsele. Fue el más buscado por sus compañeros en los primeros minutos, toda una declaración de intereses del plan argentino. Su aparición por la banda izquierda -había jugado toda la primera fase por derecha- quizá haya desacomodado los planes de Deschamps… Lo que es seguro es que le arruinó la tarde a Dembelé y Koundé. Dembelé tenía todas las fichas para ser alquilado y Di María directamente lo compró de una, sin cuotas. Fue tan fuerte lo que le hizo que Deschamps lo sacó a los 41 minutos. Bailoteos por allá, lujos por acá, pases tres dedos, caños y mucho más. Generó el penal y definió el inmejorable segundo gol. Una de las mejores actuaciones en una final del mundo, sin duda alguna. Salió a los 53 y vio el drama desde el banco.
Lionel Messi (8): esta historia no podía terminar con otra cosa que no sea Messi levantando la Copa y, de yapa, el 10 hizo doblete en una final histórica. El capitán volvió a toparse con la gloria de penal y no falló: arquero a un lado y pelota al otro, la fórmula que siempre sale bien. Estuvo muy bien para hacer lo que mejor sabe, recibir de espaldas, volver loco a su marcador, darse vuelta y abrir generalmente para izquierda, con Di María. A los 60 le quedó para ajusticiar tras un bailoteo de Fideo y pase de De Paul sin tocarla, pero no se animó de derecha. Quedó en la foto del 2-2 por perder la pelota, extrañamente ubicado por izquierda. En tiempo de descuento probó desde afuera, pero Lloris le impidió la entrada a la inmortalidad. Apareció despejando una pelota al córner en área propia, entendiendo lo que estaba en juego. Le quedó y probó de lejos, con un rebote un tanto flojo de Lloris. En el penal no inventó nada raro y lo mandó a su zona favorita: abajo, despacito y a la derecha del arquero. A sus 35 años y en su quinto Mundial, es campeón del mundo para que Diego sonría desde el cielo, junto a Don Diego y Doña Tota.
Julián Álvarez (8): el hombre que no sabe lo que es el cansancio. Muy picante en la presión, volvió a confundir a los lectores de mapas de calor: estuvo por toda la cancha. Reaccionó muy bien al tocar una pelota alocada en la jugada del penal y asistió a Mac Allister en el gol del 2-0. Había dudas de cómo saldría el equipo del entretiempo y la Araña fue el mensajero: salió a molestar cuanta salida francesa se le ponga por delante, como para que no queden dudas que la Selección iba por el tercero. Su único disparo al arco fue en el segundo tiempo, haciendo esforzar a Lloris con un tiro al primer palo.
Marcos Acuña (6): fue el primer cambio de Scaloni y le tocó entrar nada menos que por Di María. Se las rebuscó para imitarlo de alguna manera, enganchando y enganchando por esa banda. Su mejor acción le valió una amarilla: cortó impecablemente una contra en la última jugada del tiempo regular, cuando los franceses se venían tras un córner argentino. En el tiempo extra le metió una bocha deliciosa, tres dedos, a Lautaro para que quede mano a mano.
Gonzalo Montiel (8): se complicó con algunas faltas en campo propio, claro que nada tan comprometido como la mano que metió para el penal del 3-3. Tiró una pirueta o patada voladora que terminó en el córner por un desvío pero tenía destino de gol. Como con Dibu, sólo importa lo que hizo en el penal: nada menos que el tiro del final para que la Copa vuelva a la Argentina y a América del Sur.
Lautaro Martínez (5): primera que tocó, aguantó de espaldas y descargó con Messi, como debe ser. Una gran jugada de Alexis y Messi le quedó para definir y lo trabaron justo. Al rato, el Huevo Acuña le puso un pase delicioso al bahiense que picó al filo de la línea defensiva francesa. Su zurdazo se fue afuera, aunque pidió córner. Tuvo dos claras en sus primeros tres minutos, pero lo mejor llegó después: se la bajó como un crack a Messi y le «rompió» el brazo a Lloris con un bombazo para dejarlo fuera de pelea cuando Messi llegó para empujar la pelota del 3-2. La jugada del final, un cabezazo a cualquier lado, resumió el Mundial del bahiense, peleado con el arco.
Leandro Paredes (7): patadón a Kamavinga como para agitar las aguas cuando estábamos 3-2 y penal adentro en la definición.
Germán Pezzella (-): entró con el 3-2 y se topó con el 3-3.
Paulo Dybala (-): entró para los penales y le tocó reventó en el área la última jugada del partido, cuando Mbappé estaba dispuesto a pasarse medio país. En el penal no falló: al medio y Argentina pasó al frente.
Lionel Scaloni (10): los uno por uno de este diario no incluyen a los técnicos, pero valga la excepción. El «joven inexperto», algunos años después de su criticada asunción, es campeón del mundo. Como a lo largo de cada cita mundialista, movió las fichas y corrigió errores y acomodó la cosa según el rival. Este domingo tuvo su acierto quizá más notable: poner a Di María desde entrada y por izquierda. Fue un jaque mate desde el vestuario. Luego, con lo impensado ya ocurrido, su equipo volvió a ser dominador en el tiempo extra, como contra Países Bajos. Hay DT para rato.
Fuente: Cristian Dellocchio para Página 12
Foto: Tiempo Argentino