Las estafas consistían en engañar a las víctimas por un supuesto premio al que accederían si abonaban «gastos administrativos». Los condenados también deberán indemnizar a las víctimas.
En un juicio abreviado llevado a cabo en la Sala II, Maximiliano Ariel Firpo (23), Cristian Marcelo Pasora (30) y Beatriz Carolina Torres (27) fueron condenados a la pena de tres años de prisión efectiva por resultar autores del delito de estafas reiteradas y asociación ilícita.
El juez Ángel Amadeo Longarte ordenó que Firpo y Pasora continúen alojados en la cárcel penitenciaria de la provincia de Jujuy. En el caso de Torres, dispuso que la condenada cumpla la pena con la modalidad de prisión domiciliaria en el barrio Los Ceibos de San Salvador de Jujuy.
En el mismo fallo, Rosa Fabiana Firpo (39) resultó condenada a tres años de prisión condicional como coautora del delito de estafas reiteradas y asociación ilícita. Y, finalmente, como partícipe necesaria del mismo delito, Vanesa Soledad Torres (33) fue condenada a tres meses de prisión en suspenso.
El juez ordenó la libertad de las dos últimas imputadas y les fijó reglas de conducta durante dos años. Entre ellas, abstenerse de acercarse a las víctimas y a sus familias en un radio de quinientos metros; prohibición de contactarse con ellos por cualquier medio; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas.
Finalmente dispuso la entrega de 163.700 pesos a la damnificada V. M. C. y de 65 mil pesos al denunciante D. S. R. en concepto de reparación del daño.
Los imputados fueron condenados por estafas telefónicas, modalidad conocida en el ámbito del cibercrimen como “vishing”. Dos de los condenados realizaban las llamadas telefónicas fraudulentas desde el penal de Jujuy, donde se encuentran alojados. Operaban con ayuda de familiares que abrían diferentes cuentas bancarias para diversificar las ganancias ilícitas.
Las estafas consisten en engañar a las víctimas mediante el uso de una línea telefónica convencional anunciándoles que se hicieron acreedoras de un premio importante (casas, autos, órdenes de compra, etc.). Luego, mediante un discurso envolvente y empático, los estafadores convencen a sus interlocutores de transferir diferentes montos de dinero –supuestos gastos de gestión- para poder acceder al premio.