En el contexto de elevada inflación, el Central «consideró prudente mantener una tasa de interés mínima para los depósitos a plazo fijo, que decidió establecer en 110% nominal anual».
El Directorio del Banco Central (BCRA) decidió bajar la tasa de los plazos fijos tradicionales a 30 días al 110% (Tasa Nominal Anual, TNA) desde el 133%, informó la autoridad monetaria este lunes 18 de diciembre. La medida que implica una reducción de 23 puntos porcentuales (2.300 puntos básicos). De esta manera, el rendimiento mensual de estos instrumentos de ahorro pasa a ser del 9,04%, cuando hasta ahora, era del 11% y la tasa efectiva anual (TEA) se ubica en alrededor del 186,5% (era del 253%).
Según fundamentó la entidad, en el contexto actual de un excedente significativo de liquidez y de elevada inflación, «consideró prudente» mantener un rendimiento mínimo para los depósitos a plazo fijo.
Adicionalmente, señaló que es necesario que «el sistema bancario continúe ofreciendo al público depósitos a plazo fijo ajustables por UVA». Señaló que esto es clave para otorgarle previsibilidad a la disponibilidad de los recursos y decidió eliminar la tasa mínima de precancelación de estos últimos (a fin de garantizar mayor tiempo de permanencia).
Con esta decisión, seguramente, gran parte de los pesos que hoy están en un plazo fijo tradicional pasará a los UVA, que está sosteniendo el BCRA. Otro tanto podría ir hacia los dólares paralelos, pero según dice a Ámbito el economista Federico Glustein, «por el fuerte pico inflacionario que se espera hacia adelante en los próximos meses (diciembre, enero y febrero) los depósitos a plazo atados a esa variable van a ser una mejor cobertura para el ahorrista».
Para el economista Christian Buteler, en tanto, esta medida del BCRA refleja que «no hay forma no traumática de desarmar las Leliqs». Así lo expresó desde su cuenta de la red social X (ex-Twitter), donde explicó que esos instrumentos «son la contraparte de los depósitos» que «el Gobierno, junto al Central, eligió el camino de la licuación.
«Van a licuar el poder adquisitivo de tus ahorros», sanciona. Su afirmación se basa, según aclara a este medio, en el hecho de que, ahora, los bancos van a ofrecer una tasa muy inferior a la inflación para el plazo fijo tradicional. «Vamos a tener un rendimiento de los depósitos corriendo al 9% mensual (cuando hasta ahora era al 11%) con una inercia de precios en torno al 30% ó 40% y, aunque sea, menos, por ejemplo, del 20%, sigue siendo negativa», describe.
Buteler apunta que había otras opciones para abordar el desarme de las Leliqs: conseguir dólares para un canje, como se dijo en un momento, pero parece que no se logró el objetivo; un Plan Bonex, «que también es malo», y la tercera era la licuación, que es la que eligieron, pero que es muy perjudicial para el ahorrista local. «Después nos preguntamos por qué no hay gente que ahorre en pesos a largo plazo. Acá tenemos la respuesta: siempre terminan perjudicados», concluye el analista.
Asimismo Glustein señala que, por otro lado, un efecto fuerte en la dinámica de los bancos, que tenían gran parte de su posición en pases para tener liquidez. Así, «al tener ahora una tasa negativa en términos efectivos», no descarta que empiecen a buscar distintos tipos de alternativas para captar más dinero (puede ser remunerar las cuentas como hacen las billeteras virtuales, o apelar a tipos de fondos con mayor rendimiento para apalancarse).
¿Qué busca el BCRA con la nueva tasa?
Tal como explica el economista Alejandro Giacoia, de Econviews, «la idea de dejar de licitar Leliqs apunta a que esos pesos vayan directamente a las licitaciones del Tesoro». Se supone que la tasa que paguen las LEDES va a ser más alta que la de los Pases, por lo que parte de la liquidez de los bancos debería ir hacia allí.
Así, con la tasa en 100% para los Pases y la inflación corriendo mucho más rápido, el BCRA avanza en su plan de a licuar significativamente este stock de deuda en términos reales.
«Más allá de que la tasa de los plazos fijos ya era muy negativa teniendo en cuenta la inflación que viene, implica cierto riesgo bajarla todavía más. Por eso se indica que seguirán ofreciéndose plazos fijos ajustables, así el inversor en pesos tiene una opción para cubrirse de la inflación», señala Giacoia.
Glustein apunta, por su parte, que estas medidas implican «primero, la supresión de Leliqs y, segundo, la confirmación de que si los bancos quieren estar líquidos, tendrán que tener tasa negativa al menos los próximos meses».
Por otro lado, menciona que la iniciativa se relaciona con el pedido a los bancos de que mantengan los plazos fijos UVA. Y es que, con el sostén de esos instrumentos, la demanda de dólares podrá aplacarse y migrar hacia esta opción que permite evitar que los pesos se vayan a la moneda estadounidense.
BCRA bajó las tasas: por qué es una medida riesgosa
Considera Glustein que en esa medida se puede entrever de fondo una expectativa inflacionaria mayor que la devaluación, por lo que es probable que «la demanda de divisas quede aplacada, mientras la inflación siga espiralizada y la tasa fija baja para licuar las posiciones de corto plazo».
En definitiva, el director de MyR Consultores y economista, Fabio Rodríguez, resume que «lo que se busca es ordenar el balance del BCRA forzando la migración de la liquidez de los bancos a las letras del Tesoro, por lo que esa organización a la que se apunta se hace a costa de empeorar el balance de los bancos comerciales y de incrementar la deuda de Economía».
Y, si bien considera que hay que esperar a ver cómo se completa la migración de los pasivos del BCRA (principalmente Pases) a instrumentos del Tesoro, para él, esto abre algunos factores de vulnerabilidad, principalmente relacionados a la calidad de respaldo de los depósitos porque «induce cierta inestabilidad en el fondeo para los bancos, que quedan con tasas de los pasivos negativas y más expuestos a los títulos del Tesoro que del BCRA, un dato que empeora su calidad de solvencia».
Fuente: Ámbito