Senado de la Nación

El Senado rechazó el MegaDNU de Javier Milei

El rechazo obtuvo 42 votos a favor, 25 en contra y 4 abstenciones. Milei despotricó contra los gobernadores, a los que acusó de «socavar el Pacto de Mayo». Ahora define Diputados.

El decretazo inaugural de la presidencia de Javier Milei sufrió este jueves un revés de proporciones comparables con la magnitud de las reformas que sus más de 360 artículos introdujeron en las relaciones económicas, sociales y culturales del país. Una mayoría tan amplia como diversa en el Senado se impuso primero para forzar su tratamiento –en una sesión especial que Victoria Villarruel intentó postergar hasta donde pudo, o hasta donde quiso– y luego para rechazarlo. Y por paliza: fueron 42 votos a favor del rechazo, apenas 25 en contra y cuatro abstenciones. Tal como había sucedido hace poco más de un mes tras el naufragio de la Ley Ómnibus, Milei descargó su frustración en Twitter y compartió posteos en los que se publicaban las direcciones de mail y los teléfonos de los legisladores “delincuentes y traidores a la patria”, muchos de los cuales responden a gobernadores cuya posición puede ser determinante cuando el DNU se trate –si es que tal cosa finalmente sucede– en la Cámara de Diputados, donde se definirá su suerte. La cuenta de la Oficina del Presidente, más tarde, emitió un comunicado que responsabiliza directamente a los mandatarios provinciales por la derrota del oficialismo e incluso pone en duda el Pacto de Mayo. En ese marco, las «bases…» del programa libertario entraron otra vez en una nebulosa.

La votación se cerró pasadas las 19.40 de la tarde, luego de cinco horas de debate y tras un intento sobre la hora de La Libertad Avanza por postergar el tratamiento del DNU otras dos semanas más, que no tuvo éxito. Esa primera votación, en la que se definió seguir adelante con el debate, ofreció una muestra gratis del panorama sombrío que se avecinaba para el oficialismo. También fue la expresión de la mayoría opositora variopinta que terminaría más tarde votando por el rechazo, conformada por un sector de la UCR y varios legisladores de los partidos provinciales, que se sumaron al bloque de Unión por la Patria.

Ese mismo acuerdo transversal fue el que empujó a Villarruel a convocar a la sesión, pero a la hora de la votación la sorpresa fue el aporte de algunos senadores extra, cuyo rechazo al DNU provocó una nueva grieta en la relación entre el Gobierno y las provincias. Tal fue el caso el de la chubutense Edith Terenzi, que responde al gobernador Ignacio Torres, quien viene de protagonizar una guerra abierta con Milei por los fondos de coparticipación para su provincia. Además de votar a favor de voltear el DNU, Terenzi aprovechó la sesión para presentar una cuestión de privilegio contra el Presidente por haber difundido ula tristemente célebre foto de Torres caracterizado como si tuviera síndrome de Down.

Otros votos en favor del rechazo ligados a las provincias partieron desde las bancas de los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano; de Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino; y de Mónica Silva, de Juntos Somos Rio Negro, el partido del gobernador Alberto Weretilnek. También aportaron su negativa los radicales Martín Lousteau y el fueguino Pablo Blanco, presidente del bloque de la UCR. Los 33 senadores de Unión por la Patria, más otros dos del peronismo federal (Edgardo Kueider y Carlos “Camau” Espínola), conformaron la mayoría de 41 votos. Los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas, y la cordobesa Alejandra Vigo (esposa del exgobernador Juan Schiaretti), optaron por la abstención, lo mismo que el ex bullrichista Maximiliano Abad. Si se suman los rechazos y las abstenciones, el abanico opositor sumó 46 voluntades, casi al filo de los dos tercios.

La segunda derrota legislativa deja a Milei casi sin programa: el debate de la ley ómnibus terminó en un papelón, con el bloque oficialista retirando el proyecto mientras se iban cayendo de a uno los artículos de las facultades extendidas; mientras que el DNU, que sufrió varios amparos que frenaron distintas reformas, principalmente la laboral, ahora se juega su vigencia en Diputados tras el rechazo del Senado. Enfrentado con los gobernadores y rehacio a tejer acuerdos en el Congreso, al Presidente empiezan a tambalearle las reformas emblema de su gestión.

 

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