Ana Guerrero Palma acusó a dirigentes de comunidades originarias y, en redes sociales, señaló que luchará «contra las prácticas cuasi mafiosas».
El martes, la mandataria se dirigió a la Comisaría 2 de Mosconi, donde declaró que, al llegar a su vivienda en el barrio SUPE alrededor de las 17:50, fue interceptada por tres individuos pertenecientes a comunidades originarias. Estos hombres irrumpieron en su hogar y la presionaron para que firmara unos documentos vinculados a un proyecto de Cristian Rivadero.
La jefa comunal relató que, al negarse, los sujetos intentaron ingresar por la fuerza, lo que derivó en un forcejeo. Durante el enfrentamiento, los agresores la amenazaron diciendo: «Te vamos a quemar la casa. No sabés con quiénes te estás metiendo».
La intendenta sufrió golpes y hematomas, los cuales fueron constatados por un médico al momento de presentar la denuncia que quedó a cargo de la fiscal Penal de Violencia Familiar y de Género de Tartagal, Lorena Martínez.
Ante la gravedad de los hechos, la fiscal Martínez tomó medidas inmediatas para garantizar la seguridad de la denunciante. Ordenó la implementación de medidas cautelares para protegerla y asegurar su bienestar. Además, dispuso una exhaustiva recopilación de pruebas que incluyen la recopilación de testimonios de vecinos que puedan haber presenciado el incidente o tener información relevante. También se ordenó la revisión minuciosa de las cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, ubicadas en la zona del incidente, con el objetivo de obtener imágenes o datos que ayuden a identificar a los responsables y esclarecer el hecho.