Según detalló Ámbito, Javier Milei les agradeció el apoyo pero insistió en que para el Gobierno «el equilibrio fiscal no se toca». Los mandatarios hicieron pedidos pero no hubo respuesta.
Los cuatro gobernados del Norte Grande que cenaron este lunes en Olivos con el presidente Javier Milei retornaron a sus provincias con las manos vacías. En rigor, se había dejado trascender que la invitación era para agradecer el acompañamiento de los mandatarios al oficialismo en el Congreso, por lo que el jefe de Estado se ciñó al libreto y no prometió nada. Los jefes provinciales aprovecharon para meter solo un puñado de pedidos sobre los que tampoco hubo respuestas firmes porque se les dijo que «el equilibrio fiscal no se toca».
Así lo detalló Ámbito al reconstruir parte del contenido de la comida a través de dos fuentes consultadas que coincidieron en que, en primer lugar, el presidente agradeció el apoyo a la Ley Bases y los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y de financiamiento universitario. Los votos de los diputados nacionales que responden a los «dialoguistas» Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones), fueron claves para lograr los objetivos de la Casa Rosada. En algunos casos el apoyo fue con la presencia de los parlamentarios en el recinto o ausencias que facilitaron que el oficialismo incline la balanza a su favor.
Milei estuvo acompañado por su hermana y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; al jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, y su vicejefe, el tucumano Lisandro Catalán, que aprovechó la oportunidad para anticipar que este viernes habrá un acto de La Libertad Avanza en Tucumán. Entre entrada, plato principal, postre, sobremesa y foto de familia, los gobernadores estuvieron alrededor de dos horas y media en Olivos. A diferencia de los «87 héroes» que estuvieron también en Olivos con el Presidente, en septiembre, los jefes provinciales no tuvieron que pagar lo que cada uno consumió. Y otra diferencia fue que no estuvo entre los comensales la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El Jefe de Estado se explayó, en segundo lugar, sobre algunos de los objetivos centrales de su gestión, como ser que «el equilibrio fiscal no se toca», les pidió que profundicen en las provincias la «motosierra» en los gastos del Estado y les anticipó que todo lo que soliciten dependerá la disponibilidad de recursos con los que cuente el ministro de Economía, Luis Caputo. Es decir, no hubo promesas de fondos frescos. Sólo el anticipo de que si el Gobierno cumple con sus metas se llegaría a fin de año con una inflación menor a los 3% o con ese techo, y eso permitiría el ingreso de capitales extranjeros para inversión, más el crecimiento de los créditos bancarios. «No se habló de generación de trabajo, de consumo, de la situación complicada que viven los jubilados, ni de la cuestión social, que aflige», reveló una de las fuentes.
La única buena noticia que le ofrendaron los mandatarios “dialoguistas” al Presidente es que, en líneas generales, estaban de acuerdo con el proyecto de Presupuesto 2025 y que había disposición a su aprobación. “No es una buena señal para los mercados que un Jefe de Estado no tenga Presupuesto aprobado”, contó Ámbito.
En el poco margen que tuvieron los gobernadores para pasar la gorra, recordaron que algunos proyectos paralizados -que tienen hasta un 50% de ejecución- se debe a que la Nación adeuda el pago de certificados desde octubre del año pasado. Y que frente a ello, sería importante un recalculo de las deudas para cancelar la mora y retomar los trabajos. Otro pedido fue que se incorporen al Presupuesto las planillas de las obras que los gobernadores firmaron con Francos antes del tratamiento de la Ley Bases, un compromiso incumplido. La sucinta respuesta que recibieron fue que todo dependerá de los recursos con los que cuente Caputo.
Quizás porque no hubo anuncios, los gobernadores evitaron hacer declaraciones o balances oficiales sobre la cena. El único que posteó en su cuenta en X fue el gobernador Passalacqua, quien señaló que en la comida habló del conflicto universitario, aunque facilitó el veto a la ley de financiamiento para las casas de altos estudios. «Le solicité al presidente, con total humildad y respeto, la pertinencia de abordar la cuestión universitaria con una visión distinta en pos de discernir la realidad de las grandes universidades del país respecto a las del interior, como el caso de la Universidad Nacional de Misiones, contemplando lo difícil que es ser estudiante, no docente y docente en los márgenes del país».