Las condiciones de salud del Papa siguen siendo estables pero estiman que podría necesitar oxigenación de por vida.
Las condiciones de salud del papa Francisco son estables, lo que es un elemento positivo “porque significa que el cuerpo se está recuperando”, publicó el Vaticano y agregó que «viene pasado noches tranquilas”.
Francisco fue internado a mediados de febrero en el Hospital Gemelli por una bronquitis asmática a la que se agregó una noticia mucho peor: una neumonía en los dos pulmones que ha puesto en peligro su vida y que según los médicos está retrocediendo.
El lunes pasado el Papa dejó de estar «bajo pronóstico reservado» y se comenzó a teorizar sobre cuándo regresará a su residencia en la Casa de Santa Marta, en el Vaticano, donde se aloja. Los médicos consideran que necesita aún un tiempo no especificado de “tratamiento hospitalario” para alejar los peligros.
Una fuente vaticana -citada por medios internacionales- indicó que se necesita tiempo para que un cuerpo de 88 años que sufre una neumonía bilateral se recupere en términos de energía, de fuerza.
El pontífice dedica la jornada a ejercicios de fisioterapia respiratoria y motora. También sigue por una conexión televisiva los ejercicios espirituales que la Curia Romana lleva a cabo por la Cuaresma en el Aula Pablo VI del Vaticano.
La dependencia al flujo de oxígeno
El Papa sigue recibiendo oxígeno toda la jornada. De día con altos flujos de oxígeno mediante cánulas nasales. De noche recurre a la ventilación mecánica no invasiva, una señal de que aún fatiga a respirar.