La imponencia de las peleas excepcionales como la que este sábado animarán el ucraniano Vasiliy Lomachenko y el estadounidense Teófimo López sobrepasa todo tipo de límites y cautelas. Arrasa con los condicionantes y los protocolos que impone el insoportable Covid-19 y vuelve a encender un entusiasta fuego interior en los espectadores de boxeo, que por momentos, parecen agobiarse en medio de tanta desazón.
«Campeón vs. campeón, a puertas cerradas». Este es el increíble anuncio del mejor combate que 2020 puede exhibir. La unificación de la corona de los livianos entre Lomachenko, poseedor de las versiones CMB, AMB y OMB y Teófimo López, descendiente de hondureños, con el cinturón FIB, en el área sanitizada: «La Burbuja», del hotel Casino MGM Grand de Las Vegas. El match de doce rounds será televisado por Space, para la Argentina, a partir de las 23.30.
Tanto el promotor Bob Arum, de 88 años, como ambos púgiles sacrificaron parte de sus ganancias en pos de una difusión masiva y popular de un cotejo de esta magnitud, que será transmitido en Estados Unidos por cable básico sin costo adicional. Se espera contar con un rating de tres millones de espectadores en Norteamérica en donde -en las mismas circunstancias de televisación- la audiencia máxima alcanzó un promedio de 870.000 espectadores cuando el inglés Tyson Fury noqueó a Deontay Wilder, el 22 de febrero último.
«Los rating deportivos cayeron abruptamente en tiempos de pandemia. Hasta en la final del básquetbol de la NBA, con LeBron James, decayó en sus picos de consumo. El boxeo, tanto en ESPN, Fox y Showtime, han mermado en sus números», señaló Arum.
Hubo una agria polémica entre los protagonistas ante todo esto. López, de 23 años, impuso su iracundia al sostener que sólo él ofrendó parte de su paga de 1.200.000 dólares para que el cotejo sea factible. Lomachenko no admitió descuentos en su bolsa de 3.500.000 dólares. Y esto originó un foco conflictivo que nadie pudo solucionar.
¿Por qué «Loma vs. Teófimo» es la mejor pelea del año?
El ucraniano es el Nº 1 de éstos días y López es el peleador más excitante de la actualidad. Mientras Lomachenko es un atleta ejemplar, gestor de una carrera excepcional, con dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos Pekín 2008 y Londres 2012, y un tricampeonato profesional (Pluma, Liviano jr. y Liviano); Teófimo opone una contundencia física y técnica pocas veces vista en un púgil de sólo 15 peleas ganadas, con 12 KO. Forjó una imagen indolente, de «chico malo del ring», vital para un público deseoso de verlo ganar o perder al mismo tiempo.
Lomachenko tiene 32 años y mil batallas. Tuvo oponentes de primerísimo nivel ante sí, como Orlando Salido, Gary Russell, Guillermo Rigondeaux y Jorge Linares, entre tantos. Tiene un récord legítimo de 20 victorias (10 KO) y un revés. Mantiene una plenitud absoluta basada en el movimiento de sus piernas y un repertorio de golpes admirables. Tanto en posición de ataque como de contragolpe. Y ello lo hace favorito a la victoria. Sobre todo por su equilibrio emocional.
López, quien se consagró como campeón FIB con un soberbio KO sobre el africano Richard Commey, basa sus posibilidades en un temperamento ganador y su llamativa conformación muscular que potencia sus golpes en 61 kilos. Tiene clase para atacar y mandíbula para aguantar.
Las apuestas oficiales consideran a Lomachenko favorito 4-1, una postura lógica pero de proporción exagerada. Debiera ser una gran pelea, entre un purista estructurado como «Loma» y un sanguíneo con movimientos callejeros como Teófimo. Es casi una fija: este desafío no puede fallar.
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