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Las 3 certezas de Cristina

La actual vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández, publicó una carta a un día de cumplirse 10 años del fallecimiento de Néstor Kirchner. Da a conocer sus certezas y manifiesta su preocupación por la economía.

“27 de octubre. A diez años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas”, así titula Cristina Fernández la carta pública difundida a través de su sitio web personal.

“El freno a la economía y la incertidumbre generalizada sobre qué va a pasar con nuestra vida son agobiantes”, dijo. Además, plantea una solución que no puede darse “sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina”.

“Sin embargo, aún en este marco de incertidumbre por la pandemia global y a casi un año de gobierno, sí podemos llegar a algunas certezas, al menos en el campo de la política”, aseguró.

Primera certeza

La primera de estas “certezas” gira en torno a las críticas de los poderes “económicos y mediáticos” al gobierno de Alberto Fernández y a la gestión que terminó en 2015. La vicepresidenta reconoce que entre otras cosas durante su gestión gran parte de la sociedad cuestionó sus “formas” y su falta de diálogo.

Sin embargo, remarcó que Alberto Fernández sigue siendo criticado a pesar de su “diálogo con distintos sectores”, su “contacto permanente con los medios de comunicación cualquiera fuera la orientación de los mismos” y su “articulación con todos y cada uno de los sectores del peronismo”.

“A esta altura ya resulta inocultable que, en realidad, el problema nunca fueron las formas. En realidad, lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza fracasó”, fustigó.

Segunda certeza

La segunda certeza busca desmentir a quienes cuestionan su influencia sobre el Gobierno nacional. “El sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno”, argumentó Cristina Kirchner.

En tono irónico, dijo que como sus detractores “se quedaron sin la excusa de las formas” ahora apelan a la disputa interna de poder. A su vez, señaló que son “pocos creativos” porque “el relato del ‘Presidente títere’ lo utilizaron con Néstor respecto de Duhalde», con ella respecto de Néstor y, ahora, con Alberto.

Dentro del mismo apartado, la ex mandataria también refutó a quienes la acusan de estar motivada por la venganza. “Nunca nos movió el rencor”, explicó. A modo de prueba detalló que por “responsabilidad histórica con el pueblo” decidió armar una coalición con quienes la criticaron durante su gestión, con quienes “prometieron cárcel a los kirchneristas en actos públicos” (Sergio Massa) y hasta con quienes “escribieron y publicaron libros” en su contra.

A su vez, cargó contra quienes aseguran que solo busca hacer caer las causas judiciales en su contra. La exsenadora afirmó que lo único que busca “es el correcto funcionamiento de las instituciones” y del Estado de derecho que “se llevaron puesto para proscribir a los líderes populares”.

Tercera certeza

Finalmente, en tercer lugar, Cristina Kirchner afirmó que Argentina es un “extraño lugar en donde mueren todas las teorías” y reconoció que la economía bimonetaria es el problema “más grave que tiene nuestro país”.

La vicepresidente comenzó su explicación con una enumeración de las variables macroeconómicas de su gobierno: “Argentina estaba desendeudada”, “la desocupación era del 5,9%, los salarios y las jubilaciones –tomadas en dólares– eran las más altas de América Latina” y la inflación “medida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, no superaba el 25% anual”.

Luego las comparó con los resultados de Mauricio Macri: “una deuda impagable”, “desocupación rondando los dos dígitos”, “salarios y jubilaciones por el piso” y una inflación “superior al 50%”.

No obstante, reconoció que ambos gobiernos se toparon con la restricción externa (escasez de dólares o excesiva demanda de dicha moneda) porque la economía bimonetaria “no es un problema ideológico, no es de izquierda, ni de derecha ni de centro”. Aunque aclaró que algunos gobiernos gestionaron este “problema estructural” con “responsabilidad” y otros “chocaron la calesita”.

También contrastó el cepo que impuso en 2011 con el de Mauricio Macri. Destacó que mientras el kirchnerismo fijó el límite en USD 2.500 por mes, el gobierno de Cambiemos lo hizo en USD 200.

Para la ex mandataria la resolución de este problema es imposible “sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina”.

“Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”, concluyó.

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