Deborah Dixon

Trabajar con el Indio Solari es un privilegio

Estuvimos charlando con Déborah Dixon. Algún periodista dijo que es la Aretha Franklin del Rock nacional. Nació en Costa Rica y en el año 1984 vino a nuestro país, donde comenzó a estudiar canto con Cristina Aguayo. En 1992, junto a Cristina Dall, Mona Fraiman y Viviana Scaliza forman Las Blacanblus, una gran banda de blues que dejó una marca indeleble en el, hasta ese momento, machista y eléctrico ambiente del rock y blues local. Desde esta propuesta novedosa se ganaron un lugar en el rock nacional y compartieron escenarios con B. B. King, Bo Diddley, Johnny Johnson, Los Redonditos de Ricota, entre otros. En 2006 Las Blacanblus se disuelven y siguió participando como invitada de numerosas bandas, cantantes y en obras musicales. Hoy continúa con proyectos como su participación en La antigua Jazz Band, La Fundación del Funk y Walking Blkues, junto a Patán Vidal. También forma parte de “Los fundamentalistas del aire acondicionado” junto al Indio Solari, una banda que suena, en palabras de nuestra invitada, “de puta madre”, expresión con la que coincidimos absolutamente, y con la que acaba de realizar un recital de streaming el pasado 26 de septiembre. Y hasta tiene un documental sobre su vida.

¿Cómo fue que te viniste desde Costa Rica hasta la Argentina y cómo te decidiste a abrazar la música como forma de vida?
Antes de venir para acá me fui a estudiar a Francia, donde conocí al padre de mis hijos, que es argentino, y con él seguí viajando por varios países porque su trabajo así lo requería. Hasta que decidimos instalarnos en Argentina. En ese momento no me dedicaba a la música, pero empecé a estudiar por hobby con Cristina Aguayo, quien me alentó a trabajar en forma más profesional con mi voz. En sus clases conocí a las chicas con la que, luego, formamos las Blacanblus. Todo se dio así, sin planificarlo demasiado y una cosa llevó a la otra.

La banda tenía una propuesta novedosa: “cuatro mujeres haciendo blues y un maldito piano” como nombraron a uno de sus álbumes. ¿Qué significó para vos integrar una banda como las Blacanblus? ¿Cómo se abrieron paso en ese machista universo musical argentino?
Para mí todo eso significó una revolución totalmente beneficiosa en mi vida. Con las Blacanblus descubrí mi vocación, la música como mi forma de expresión, fue una experiencia única. El hecho de haber sido cuatro mujeres y haber presentado una propuesta diferente en cuanto a la música, la imagen y de haber tomado por asalto los escenarios tradicionalmente masculinos, fue muy movilizador. Cuando se es mujer una tiene necesariamente que luchar contra todo el machismo establecido e histórico en todas las sociedades, más allá de que no nos propusimos eso de movida. También tuvimos mucha ayuda en nuestro desarrollo de Pappo (que nos presentaba en sus recitales), de la gente de la Mississipi Blues Band, de Poly de los Redondos. Lo que nos pasó fue un ejemplo de que las mujeres podemos hacer todo lo que nos propongamos.

¿Qué sentís, desde aquella primera vez en Huracán, con los Redondos, cuando te presentás ante ese mar de gente que es el público ricotero?
Esa experiencia es increíble porque el espectáculo pasa por ahí, por la gente. Esa conexión con el público es indescriptible, es muy difícil de contar si no estuviste ahí. Por eso me pareció tan rara la experiencia del streaming del la otra vez, falta ese contacto indispensable con el otro.

Si mal no recuerdo, a la única persona que el Indio le cedió el escenario, fue a Luca Prodan en Cemento en el `87 para cantar Criminal Mambo. La segunda vez yo fui testigo, en Gualeguaychú, donde dejó el show en tus manos para que cantes hermosamente el Blues de la Libertad. ¿Qué emociones te recorrieron en ese momento?
Es un momento indescriptible también y muy emotivo. Yo estaba muy nerviosa porque sentía una sensación como de rendir examen ante el Indio, que ya me conoce desde hace tiempo, pero yo sentía la presión de que él estuviera conforme y su público también. La gente, mis compañeros, el Indio me apoyaron muchísimo. Yo lo miraba a él de reojo al costado del escenario y estaba gritando, saltando y arengando como uno más del público. Y eso me hizo saber que estaba haciendo las cosas bien.

Recordando los últimos sucesos de Olavarría (es decir al último recital brindado por el Indio y los Fundamentalistas el 11/3/2017) y todas las mentiras que se decían desde los canales de noticias ¿por qué creés que hay tanta saña con la figura del indio desde algunas usinas periodísticas?
Muchos medios quieren sangre, son sensacionalistas, amarillistas, no son del todo veraces. Y eso lo viví en Olavarría en carne propia. Y lo que más me llamó la atención fue la saña de otros músicos, que lejos de solidarizarse, criticaron al Indio de una forma horrible. Cuando uno tiene el poder de convocatoria que él tiene, y el hecho de estar vigente hace tantos años y seguir marcando tendencias y renovándose, todo eso genera mucha envidia.

¿Cómo es trabajar junto al Indio Solari?
Cuando lo conocí en los Redondos la relación era más formal y puramente laboral. Hoy, a pesar de que sigo trabajando con él, con los años ese vínculo es más cercano y más cálido. Es una persona a la cual quiero mucho, que admiro profundamente y sé que él me tiene un gran cariño porque me lo ha expresado muchas veces. Para mí trabajar con él es un privilegio. Al abrazo que me dio arriba del escenario en Gualeguaychú no puedo evitar verlo sin emocionarme (quiebra la voz).

Contanos más acerca del documental sobre tu vida y dónde se puede ver
Hay una cineasta costarricense argentina, Adriana Cordero Chacón. Nos conocimos en la Embajada de Costa Rica en Argentina y ahí supo que yo cantaba en Las Blacanblus y decidió hacer un documental sobre mi vida ya que no podía creer que no me conocieran en Costa Rica. Se presentó en varios festivales de cine under. La forma de verlo es contactarla por la página de Facebook “La Dixon el documental” y ella te pasa un link para verlo.

¿Pensás que el inglés es “la” lengua del rock y del blues?
El blues en español me chocaba un poquito, pero el rock no, ya que en Costa Rica se escuchaba mucho rock argentino y mexicano. El blues es muy difícil de acomodar a la sonoridad del castellano, en ese sentido el inglés es más suave. Sin embargo hoy, después de cantarlo en castellano y de haber adaptado muchos temas al español, creo que hay un blues argento, es un blues arrabalero, tanguero. Y eso hizo que yo cambiara mi opinión en relación al blues y sus posibilidades en castellano. Pappo, por ejemplo, más allá de no haber sido un gran cantante, tenía un gran fraseo. Cuando lo escuchás a Botafogo, te hace creer que estás escuchando a un negro de Mississsipi.

¿Cómo estás llevando a la pandemia y cómo repercute en tu labor creativa?
La verdad que no me ha pegado por el lado de la creatividad, no me favorece en lo absoluto esto. Estoy harta, no quiero más y quiero que se termine. Lo mío es el contacto con el público en el escenario, y eso me falta. Me convertí en una excelente ama de casa, pero estoy aburridísima. No quiero cocinar más, no quiero estar más encerrada, quiero estar nuevamente frente a mi público porque por ahí pasa mi creatividad.

Podes escuchar la entrevista completa en este podcast

https://open.spotify.com/episode/35GlJTlF6EWHr1JpXnTmMC

Por Lucas Bertone para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 17 a 19 horas por FM La Plaza 94.9

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