“Llevamos meses hablando de lo mismo”, cuenta sue dueña, Cristina Mattioli, que ofrece un rato de remanso ante la pandemia.
El mensaje es claro y se advierte en el mostrador en un cartel: “Prohibido hablar del coronavirus”. En un pequeño bar y cafetería de Roma, la dueña decidió ofrecer “serenidad” a sus clientes impidiéndoles abordar ese tema omnipresente y angustioso.
“Llevamos meses hablando de lo mismo, por eso hemos optado por calmar el ambiente y enfrentar la situación con una sonrisa y un poco de serenidad y ligereza”, explicó Cristina Mattioli, gerenta de Feeling, quien ideó la iniciativa.
Italia, el primer país europeo que fue azotado por el coronavirus, registra más de 1,3 millones de contagiados desde el inicio en marzo de la pandemia y casi 48.000 muertes.
“Pero no negamos la situación actual, no somos negacionistas, es simplemente una forma de encontrar un poco de serenidad”, enfatiza.
Para ayudar a sus clientes, Cristina instaló otro cartel con sugerencias: “Ideas para temas de conversación: noticias, vida de personajes famosos, historia, conocimientos generales”.
Bruna Piazza, una cliente habitual del bar donde también se venden billetes de lotería, está encantada con la iniciativa: “Estamos hartos de hablar del covid, vayamos donde vayamos, sólo hablamos de eso”, lamenta, mientras coloca su billetera en el bolso.
Cristina, que trabaja entre las pocas mesitas instaladas tanto en el interior como en el exterior, confirma que “sus clientes han reaccionado positivamente” frente a la prohibición.
“Al principio se reían. ‘Nos gusta, al menos nos olvidamos un poco de la situación que estamos viviendo’, suelen decir”, cuenta satisfecha la dueña.