La Fiscalía Federal que investiga la desaparición de la joven diseñadora y que detuvo a un camionero 13 años después, encabezará este miércoles rastrillajes en zonas rurales de Salta.
Este miércoles comenzarán los rastrillajes en el marco de la causa por la desaparición de María Cash, la joven diseñadora que desapareció en 2011 en Salta, y cuya causa se reactivó a partir del entrecruzamiento de pericias técnicas y declaraciones deos testigos que la vieron viva por última vez.
Después de la detención de un camionero, que la habría transportado pero que ahora cumple arresto tras ser acusado de asesinarla y ocultar el cuerpo, personal del Sistema Federal de Búsqueda del Ministerio de Seguridad de la Nación y peritos del Cuerpo de investigaciones Federales de Salta realizarán rastrillajes en distintas zonas rurales.
Aunque se mantiene hermetismo sobre la búsqueda de los restos, se presume que abarcaría gran parte del trayecto entre General Güemes y Joaquín V González, recorriendo diferentes tramos de las rutas 9, 34 y 16. Se trata de un camino que el camionero hacía con frecuencia, trasladando mercadería para una empresa.
En ese trayecto entre ambas localidades se halla el santuario de la Difunta Correa, en el paraje Palomitas, el lugar donde el detenido aseguró que dejó a María el último día que se la vio con vida, luego de subirla a su camión mientras hacía dedo en la rotonda de Torzalito.
Romero, quien se encuentra con arresto domiciliario debido a su delicado estado de salud, fue detenido luego de que los detectives notaran contradicciones e inconsistencias en sus declaraciones, entre otras situaciones que llevaron a ubicarlo como sospechoso.
A raíz de ello, este año, desde la fiscalía pidieron la intervención telefónica de su línea y la de su entorno. Las comunicaciones se convirtieron en otra evidencia contra el imputado y acrecentaron las sospechas de connivencia en torno a sus allegados.
Las pruebas reunidas posteriormente reforzaron la hipótesis de Villalba, quien concluyó que “Romero la levantó (a María Cash) con la intención de abordarla sexualmente, pues lo hizo desde un lugar dificultoso para estacionar un camión de la envergadura que manejaba en ese momento, y de ahí, hasta el lugar a donde iba, J.V. González, cometió el delito, e hizo desaparecer el cuerpo”, tal como se desprende del dictamen que presentó ante la jueza para pedir su indagatoria.
Cuando tuvo la oportunidad de expresarse ante la jueza en la audiencia de imputación, Romero negó la acusación y afirmó que es “totalmente inocente”, que no le hizo “nada malo” a la diseñadora y que, si supiera algo de lo sucedido con ella, lo “diría”.
Sin embargo, Villalba sostuvo: “Creemos que dio una declaración mentirosa, inexacta y, en todo momento, trató de aferrarse a las declaraciones de personas que ya nosotros tenemos comprobado que desviaron la investigación. Por supuesto que negó ser el autor del hecho, pero claramente se comporta como un culpable”.
“Nuestra esperanza es darle una respuesta a la familia y que se quiebre el pacto de silencio que se vio fortalecido por las falsas denuncias, voluntarias e involuntarias, que llevaron a la búsqueda rápidamente en un sentido erróneo”, completó el funcionario judicial.
En esa línea, los detectives también buscan ahondar sobre la responsabilidad de personas que podrían haber beneficiado al acusado al desviar, con sus testimonios, la investigación, ya sea con datos falsos, imprecisos u omisiones. El foco está puesto en las declaraciones que brindaron Miguel Segura, empleador de Romero; Gustavo Lemos, compañero de trabajo; y David Romero, su hermano. Estudian si incurrieron en falso testimonio e, incluso, en el encubrimiento de un presunto crimen.