La gerenta de la Cámara de Minería sostuvo que hoy la actividad es amigable con el ambiente y respetuosa de las leyes. Enfatizó además en la generación de mano de obra local y los estrictos procesos que cumplen las empresas.
Alejandra Cardona, gerente de la Cámara de Minería de Salta, en diálogo con Diego Comba para el ciclo político La Rosca, se refirió a la situación actual de la actividad minera en el país y en particular en Salta, destacó la seguridad que presta la Provincia para poder trabajar y los estrictos procesos que cumplen las empresas en relación al cuidado del ambiente y a las condiciones de contratación local de mano de obra y proveedores.
“El 3% (de las regalías) es una discusión que yo la enlazaría también con cuánto queda en la provincia y cuánto se lleva la Nación. Nación se está llevando el 80% de lo que produce la actividad minera, el 80 por ciento de los impuestos que paga la actividad minera, son nacionales, el resto provinciales”.
“Creo que esa es la discusión que hay que dar, cómo repartimos esto, cuánto de ese 80 por ciento vuelve a la provincia. Seguramente con coparticipación, pero lo vemos diluido, entonces ¿cómo beneficiamos a la provincia productora? Este es un tema que está presente”, sostuvo Cardona.
La dirigenta, afirmó que la minería es un sector que genera adhesiones y rechazos, pese a eso, trabajar en Salta “es cómodo porque las reglas políticas son claras”.
En este sentido afirmó que el proyecto de Ley de Humedales, que se debate en la Cámara de Diputados de la Nación, afecta a la actividad ya que hay una definición muy imprecisa respecto a lo que son los humedales, con lo cual ninguna actividad productiva podría desarrollarse. Agregó que, en el sector minero, existe una regulación de protección del medio ambiente incorporada al Código Minero, “la minería actual es amigable con el ambiente”, enfatizó.
“El sector tiene una fama trabajada artesanalmente a lo largo de muchas décadas, hace mucho era una actividad muy invasiva, tiene un léxico bastante feo, se habla de explotación de recursos. La carga que tienen las palabras que se utilizan son muy fuertes, pero hay un cambio fundamental que se ha vivido y es justamente la protección ambiental cuando caló en las leyes y los ordenamientos jurídicos de los países”.
“Esa imagen de una minería como la que veíamos en las películas, que extraía mineral a como dé lugar, ya no existe, es un sector que incorporó tecnología, reglamentaciones y encontró el desarrollo de su negocio en este marco y no fuera de él. Ir en contra del ambiente o pasar por encima de las reglamentaciones, no es rentable para la minería”, afirmó.
Agregó que actualmente en respuesta a una demanda efectiva de comunicación por parte de la sociedad, el sector minero está abriendo las puertas y mostrando qué es lo que hace y cómo “una de las grandes falencias del sector fue asumir que, porque se trabajaba bien, no hacía falta decir nada”.
Sobre este punto explicó que una empresa minera para empezar a trabajar, sea en la etapa de exploración o de producción, tiene que presentar Estudios de Impacto Ambiental a la autoridad y una vez que se aprueba, se da el visto bueno y la empresa comienza a trabajar. Sumado a esto, en la autorización se especifican los puntos que se deben cumplir y sobre los cuales se harán los controles, allí se establecen obligaciones referidas a cómo se deberá llevar adelante el proyecto, por ejemplo: priorizando la contratación de mano de obra local, desde los círculos más cercanos hasta la ciudad y la contratación de proveedores locales, en caso de que no lo fueran, estos proveedores deben contratar gente local.
“En cuanto a la mano de obra, ya hay algunas comunidades en la Puna donde no hay desempleo. Estamos atravesando una situación particular, se dieron en simultáneo varios proyectos que venían teniendo su proceso de maduración, entonces la demanda de trabajadores es enorme, para algunos puestos se exige una alta calificación, pero hay otros puestos que no requieren calificación sino formación y las empresas lo absorben, toman a las personas y las capacitan”.
Afirmó que desde la Cámara a la que representa se promovieron acuerdos con el Gobierno y con instituciones académicas para dictar cursos y capacitaciones para interesados.
“El número actual en el sector minero entre empleo directo e indirecto ronda las 4 mil personas hoy, y hay proyecciones que hasta cuadruplican esa cifra en los próximos 7 años”.
Sobre la industria del Litio, especificó que se proyecta entre 30 o 35 años, debido a la demanda a nivel mundial “la industria del litio, más que minera es química, la extracción depende de la química del salar, nosotros tenemos salares en Argentina y Salta tiene una posición privilegiada porque hay 19 salares, todos contienen litio, pero el hecho de que exista o se detecte, no significa que se pueda sacar. Hay una investigación previa para determinar cuánto tenemos de litio y cómo sacarlo, es un mineral abundante, está en todo el mundo, el tema es la rentabilidad en la obtención y la facilidad. En Argentina tenemos condiciones que nos permiten avanzar y además es de máxima pureza”.
“Decir que en los procesos se utiliza agua potable es descabellado, el agua que se utiliza es de acuíferos y está autorizada por el organismo competente (Sec. de Recursos Hídricos), tiene que ver con el uso industrial del recurso. No hay un aprovechamiento en desmedro de las comunidades o de la sociedad. Volvemos al marco de las Leyes: el privilegio del uso o consumo del agua es humano, primero se debe garantizar esto. En las plantas, el agua para uso doméstico, en su gran mayoría se lleva envasada” explicó.
Finalmente reflexionó “más allá del 3% (de regalías) y el tecnicismo de sobre qué aplica, tenemos una clara evidencia de cuanto significa desarrollar la minería metalífera en la provincia y de lo que puede implicar para nosotros, no solo en cuanto a la matriz exportadora, sino en los demás beneficios que trae la actividad”.
Luego de afirmar que el 80 por ciento de los impuestos que paga la actividad minera son nacionales consideró “creo que la discusión que hay que dar es cómo repartimos esto, cuánto de ese 80 por ciento vuelve a la provincia. Seguramente con coparticipación, pero lo vemos diluido, entonces ¿cómo beneficiamos a la provincia productora?”.
“Se les reprocha a las empresas, o al sector, sobre cuál es el beneficio o impacto de todo lo que ha generado y por qué no se ve. No se ve porque estamos haciendo un aporte a la Nación”, cerró.
Mirá la nota completa aquí: