Alejandro Tarruella, autor del libro «Güemes. El héroe postergado», nació en 1948 en Olivos, provincia de Buenos Aires. Es postgrado en Periodismo por la Universidad de Santiago de Chile e hizo la maestría en Periodismo y Sociedades de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En 2021, año en que se recuerda el bicentenario del fallecimiento del prócer de la independencia, publicó “Güemes. El héroe postergado”. Tiempos en que parece mentira que todavía se discuta su figura y sigua siendo un héroe que se mantiene postergado respecto a patriotas indiscutidos como Manuel Belgrano y José de San Martín. Es que Güemes carga con los estigmas del relato porteño-céntrico acuñado por Bartolomé Mitre que lo calificó de “anárquico caudillo menor” y «centinela fronterizo” o, en palabras del general José María Paz, “un gangoso mal aspectado”.
En “Güemes. El héroe postergado”, el escritor, periodista e historiador Alejandro Tarruella desenmascara esa visión sesgada de los defensores de la patria chica y, a través de su propia investigación, descubre al verdadero héroe de la independencia.
¿Cómo surgió el proyecto de tu libro sobre Güemes?
La convocatoria vino desde Hernán Brienza, que dirige en Editorial Marea la colección Los Caudillos. Desde mi formación sabía que Güemes había sido ninguneado en la historia oficial, y comencé a trabajar tomando como base a los historiadores salteños , como Bernardo Frías, Atilio Cornejo, Luis Güemes, Goyo Caro Figueroa; y algunos porteños clásicos como Mitre, Vélez Sarsfield, José María Paz, para poner en diálogo las versiones. Cuando me puse a trabajar de esta manera y con estas fuentes, uno se da cuenta que Güemes no fue un gaucho matrero, como intenta construir la historiografía oficial, sino que fue un conductor político militar, con una visión totalizadora del país al que conocía muy bien desde su participación en las Invasiones Inglesas en 1806, cuando toma a caballo y con 21 años el buque inglés La Justina, que había encallado frente a lo que hoy es Retiro, hecho por el cual sale en todos los diarios del mundo. Luego, en 1810 durante la Batalla de Suipacha, comienza lo que fue la negación de su figura desde el relato porteñocéntrico. Una vez vencidas las tropas españolas por parte del ejército de Güemes, en un planteo de batalla muy estratégico, llega Castelli, que dirigía el ejército de Buenos Aires y no había estado en la batalla, echa a Güemes y la asume como un triunfo suyo.
¿Por qué creés que Güemes fue un héroe postergado por la historia oficial?
Porque ahí chocan dos visiones del país. Una es la de Güemes, San Martín y Artigas; que es la del país con la Patria Grande. La otra es la visión mezquina de Buenos Aires, que quería mantener su aduana y sus privilegios, una visión mercantil-dependiente de Inglaterra. Güemes estaba pensando en construir un país, con salud, educación e igualdad. Tal es así que él crea el Fuero Gaucho, ley que reconocía derechos a sus gauchos que habían luchado con tanta heroicidad. Es más, a ese proyecto de Güemes lo toma Perón en 1944 para crear el Estatuto del Peón de Campo.
¿Cómo era la relación entre Güemes y San Martín? Existía alguna red de comunicación entre los caudillos?
Por supuesto que había relación, por ejemplo con Córdoba, con Tucumán. Luis Güemes descubre una carta que le escribe Artigas al Héroe Gaucho, y éste no pudo llegar a ver. Él tenía a su vez los conductores regionales: Juana Azurduy y Padilla en La Paz, Warnes en Santa Cruz de la Sierra, Rodríguez Camarero en La Quiaca. Así va plasmando una red de vínculos que va asegurando los triunfos que Güemes tiene como estratega y conductor militar. Para él lo más importante era su relación con los gauchos, también.
Sin dudas fue un adelantado en todos los aspectos, sobre todo en la importancia que les dio a las mujeres en los procesos de los cuales fue protagonista.
Eso es muy importante en la historia de Güemes. Él era un conductor, no un jefe, porque un conductor sabe quién es el otro. Las mujeres tuvieron una tarea muy importante en la inteligencia, en saber dónde estaban los españoles, qué hacían, cuáles eran sus planes. Macacha fue su mano derecha en la gobernación, fue decisiva en El Pacto de los Cerrillos, en marzo de 1816. Hay una valoración de él hacia la mujer muy fuerte, que va a tener una influencia muy importante después, por ejemplo, en las semblanzas que hace de él Juana Manuela Gorriti.
¿Cómo se sostiene aún la patraña de Buenos Aires de querer hacerse cargo históricamente de todo un país en detrimento del interior?
Yo creo que hoy hay una etapa de apertura en ese sentido, si bien es cierto lo que decís. El país fue construido sobre un centro que es el puerto de Buenos Aires. Hoy hay una idea de Patria Grande, hay una construcción de alianzas con Perú, con Bolivia, con Chile, con Paraguay. Eso plantea un cambio de mirada. La patraña histórica se mantiene porque Mitre escribió una historia oficial porteñocéntrica y eso fue lo que se llevó a las escuelas y se reprodujo esa mirada. Güemes no “cuidaba la frontera”, como decía Mitre, sino que era un estratega político-militar que estaba definiendo la suerte de un país. Por eso San Martín confiaba tanto en él.
¿Creés que alguna vez tendremos a esos héroes que la historia oficial negó por esa mirada porteña, en los programas de las escuelas?
Es una buena pregunta. Yo creo que hay que recuperar esa currícula, es una gran iniciativa.
Finalmente cómo murió Güemes, hay varias versiones sobre del hecho y muchas lo desprestigian.
Lo cierto es que Güemes muere en una acción de la traición. Si vos tomás la historia de Mitre, prácticamente parece que fuera un matrero que estaba de juerga. Él estaba en lucha, y se dan una serie de sucesos que lo obligan a salir de la casa en donde estaba y es ahí donde se produce el ataque. Son increíbles las versiones que andan dando vueltas sobre su muerte, la maldad no descansa. Se tejen los inventos de la ficción para destrozar una trayectoria. Güemes es un héroe de peso nacional, si no fuera por él, Argentina terminaba en Tucumán.
¿Creés que si Güemes viviera en esta época sería igual de desobediente?
Si Güemes viviera sería Presidente de la Nación por su conocimiento y por ser un tipo amado por el pueblo. Estaría luchando contra esta pandemia, con una visión de país federal. Si la figura de Güemes y Salta está postergadas en la actualidad, como dice el título de mi libro, lo que está postergada es la patria. Se rebelaría contra la ley de entidades financieras, contra los acuerdos con los organismos de crédito que hipotecan generaciones enteras de nuestro país, se rebelaría contra las corporaciones. Tendría la capacidad para escuchar a la mujer más sencilla del país y a aquel que está en el último lugar de la escala social esperando una palabra para su esperanza.
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Por Lucas Bertone para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los jueves de 14 a 16 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7