El economista y CEO de la Consultora Finex afirmó que los rumores sobre un posible corralito son infundados porque “no hay un ´desencaje´ de la moneda como en 2001 sino “manotazos” económicos.
A través de la Comunicación A 7405, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso que los bancos deberán reducir del 4 al 0% la Posición Global Neta (PGN) de moneda extranjera y la medida generó una ola de rumores malintencionados que terminaron con cientos de ahorristas buscando sacar los dólares de las entidades por temor a un nuevo “corralito”.
Sin embargo, el economista y CEO de la Consultora Finex, Álvaro Pérez, dijo que “hay que ser tajante” y desmintió la posibilidad de una medida económica confiscatoria como la que se tomó durante el Gobierno de la Alianza, a cargo de Fernando de la Rúa. “No hay motivos para tener ese temor”, dijo el especialista.
En diálogo con El Influencer, reconoció, sin embargo, que Argentina tiene un problema estructural en la generación de dólares y llamó a prestarle atención a los “cepos” que se anuncian permanentemente.
“Después del 2001 y el corralito, el Banco Central emitió nuevas resoluciones y desde ese momento, el sistema bancario se convirtió en muy sólido. Cada dólar que reciben los bancos deben prestarlos a empresas que generan dólares y el saldo queda ´encajado´ en el Banco Central, por lo que no habrá desencaje de la moneda”, explicó Pérez.
Además, sostuvo que la medida que tomó el BCRA busca que los bancos no pueden operar en el mercado cambiario. “Lo que hacían es utilizar su patrimonio para comprar dólares. Ahora les dijeron que deben tener una posición neutra”, dijo el economista y señaló que la decisión “es una manotazo para hacerse de algunos dólares porque hay que abonar 1.800 millones de dólares al FMI a mediados de diciembre”.
“Todo el tiempo pasan nuevas cosas. Nuevos manotazos. Eso sí es preocupante”, dijo Pérez y cuestionó la falta de previsibilidad y seguridad jurídica. “En campaña, todos los políticos prometen reglas claras pero cuando llegan hacen todo lo contrario”, concluyó el economista.