En el hospital Materno Infantil se llevó a cabo una audiencia judicial, en donde un niño internado fue entregado en guarda con fines de adopción a una enfermera del nosocomio.
Un niño que padece una enfermedad, que lo mantenía internado desde su nacimiento, fue entragado a su nueva familia.
El bebé, que nunca salió del hospital debido a que su enfermedad le impide desarrollar una vida autónoma lejos de la supervisión médica, fue abandonado apenas nació.
Por esta razón, se declaró la situación de adoptabilidad judicial realizándose una convocatoria nacional para postulantes. Nadie se presentó.
Mientras fracasaba la convocatoria nacional una joven enfermera que trabaja en el nosocomio fue construyendo un particular lazo de afecto con el niño.
Según trascendió, el bebé la reconoce cuando llega e incluso le reclama si es que no va. Asimismo, la familia de la joven mujer también se involucró y comenzó a visitarlo periódicamente.
Ella comenzó a ocuparse de sus necesidades comprándole ropa y juguetes entre otras cosas. Incluso lo bautizó ocupándose de realizar trámites y gestiones para la salud y bienestar del niño.
Por su profesión la mujer conoce las circunstancias de la salud del pequeño y el corto pronóstico de vida a consecuencia del diagnóstico médico.
La mujer solicitó adoptar al niño como familia monoporental pues su novio trabaja en Tartagal y no podrá acompañarla como guardador.
En el proceso judicial intervinieron la Asesora de Menores e Incapaces Guadalupe Salatin, la Tutora Oficial Macarena Saravia, el Fiscal Civil Agustín Vidal y Carina Iradi, Secretaria de la Niñez del Poder Ejecutivo.