La medida afecta a las oficinas descentralizadas que la cartera social tenía en varias provincias, a través de la cuales se implementaban los programas de asistencia. En Salta, 10 personas quedaron desempleadas.
El único ministerio que según prometió Javier Milei iba a contar con «la billetera abierta para contener a los caídos” es paradójicamente el que está encabezando el proceso de desguace, ajuste y despidos en el Estado. La cartera de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello anunció este lunes el cierre de los 59 Centros de Referencia (CDR) con que contaba la Secretaría de Niñez y Familia (ex Desarrollo Social) en todo el país, con el correspondiente cese de los contratos de unos 600 empleados.
La cartera que conduce Pettovello comunicó el cierre y los despidos como una buena noticia. Los CDR “funcionaban como cajas de la política y refugios de ñoquis”, dice el comunicado oficial de Capital Humano, a tono con la forma despectiva en que el Gobierno se refirió a los trabajadores de la Agencia Télam, el INADI y otros organismos. “De esta manera, se ahorrarán 5.000 millones de pesos anuales”, agrega.
El Ministerio de Capital Humano informa que cerrará 59 Centros de Referencia (CDR) que actualmente funcionan como cajas de la política y aguantaderos militantes. La medida constituye un ahorro anual de $5.000.000.000.
Como resultado de la auditoría interna que está realizando el…
— Ministerio de Capital Humano (@MindeCapitalH) March 4, 2024
La ministra utilizó los mismos argumentos para justificar la eliminación de las “unidades de gestión” del Potenciar Trabajo, que eran administradas por las cooperativas y emprendimientos productivos de las organizaciones sociales. El ajuste en el principal programa de asistencia social del país, se vanaglorió Pettovello, suma otros “34 millones de dólares al año”.
Los CDR constituían la pata territorial y federal del exMinisterio de Desarrollo Social, hoy degradado a secretaría. Con sedes en el interior de la Provincia de Buenos Aires (Bahía Blanca, Mar del Plata, Mercedes, Tandil, Dolores, etc), y en casi todas las provincias del país (desde Salta, Formosa, Chaco y Corrientes hasta Chubut, Río Negro y Santa Cruz), los Centros atendían a diario trámites para acceder a distintas políticas públicas que de otra forma sólo se podrían hacer en la Ciudad de Buenos Aires: desde conseguir un Certificado Único de Discapacidad o el Monotributo Social hasta tramitar los medicamentos biomédicos de alto costo que entregaba la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE) —que, por otra parte también fue desfinanciada por el gobierno libertario—.
Sus trabajadores, además, realizaban tareas de acompañamiento a las familias beneficiarias de los distintos programas. “No nos vamos a cansar de decirlo: los laburantes no son ñoquis ni nuestro trabajo es «una caja de la política». Los compañeros de los CDR están formados y capacitados para atender situaciones de emergencia y de complejidad en todo el país, llegan a territorios donde el Estado no llegaría de otra manera, articulan políticas con los gobiernos locales y ponen la cara todos los días ante las necesidades de la población más vulnerable”, respondió en diálogo con Página/12 Ingrid Manfred, delegada de ATE Capital en el Ministerio de Capital Humano.