Son 29 los colegios que agrupan a 12 mil alumnos, quienes vienen solicitando desde hace más de un año el mismo trato (subvención) que reciben las insituciones que dependen de la Iglesia Católica.
La Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta (AEEPSA) vuelve a insistir al Gobierno provincial con un pedido que lleva años, pero que se incrementó desde el año pasado con la crisis que desató la pandemia en el sistema de educación, donde la inequidad para los colegios no públicos fue creciendo como consecuencia de un trato dispar desde el Estado.
En síntesis, algunos colegios privados que dependen de la Iglesia Católica reciben una subvención que se actualiza a la par de los incrementos salariales; en la otra vereda quedan las instituciones no subvencionadas que deben transferir costos de todo tipo a las cuotas y absorber otros para que no continúe la migración al sistema público.
Desde El influencer nos comunicamos con el presidente de la Asociación, Pablo Pereyra, quien comentó que «el año pasado a raíz de la pandemia muchos colegios quedaron en una situación muy delicada». Si bien reconoció que por primera vez en 29 años fueron recibidos, todavía no encuentran una respuesta favorable.
En definitiva, todo se resume al aspecto financiero. «Desde Economía nos informaron que no había posibilidades financieras de acceder al pedido. Lo único que nos ofrecieron es darles créditos a los padres, pero nuestro pedido tiene que ver con la desigualdad en la distibución de fondos a los colegios privados, los subvencionados que dependen de la iglesia reciben un aporte mensual que encima es actualizado constantemente de acuerdo al aumento salarial».
En este nuevo reclamo acuden directamente a los medios solicitando una audiencia con el gobernador Gustavo Sáenz. «Solicitamos varias reuniones, pero desde Gobernación nos derivan al Ministerio de Educación», agregó.
Esta Asociación está integrada por 29 colegios donde asisten 12 mil alumnos salteños de todos los niveles y de los que dependen 1500 puestos de trabajo.
Sr gobernador, piense de una vez por todas en una educación donde todos puedan recibir el mismo trato. O acaso los colegios católicos merecen ese subsidio más que los que no lo son?
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