Aunque los perros y gatos cuentan con una capa de pelaje que los protege, los cambios bruscos y repentinos en el clima pueden hacerlos vulnerables.
En estos casos, los animales estarán intranquilos, temblorosos y temerosos y buscarán refugiarse en lugares apartados y oscuros para sentirse serenos. Si esto llega a ocurrir, se puede hacer uso de música relajante para mascotas.
En caso de que el perro o el gato vivan fuera de casa, es importante proveerles un sitio en donde puedan refugiarse de la lluvia y el frío.
Respecto a los paseos, lo ideal es tratar de no modificar los horarios, a menos que esté lloviendo o haya rayos y truenos.
Durante las salidas, se deben hacer actividades divertidas para que los animales no relacionen la lluvia con algo malo; también se deben evitar las zonas muy encharcadas o con barro, y nunca se debe permitir que tomen agua estancada, ya que puede contener bacterias.
También, se debe evitar el contacto con otros perros o gatos, ya que pueden contagiarse de enfermedades respiratorias con facilidad.
Luego de los paseos o algún contacto con la lluvia, es importante secar bien la piel, incluyendo los pliegues, los oídos y las patas de las mascotas.