Fabrizio Angileri y Julián Álvarez marcaron para el Millonario, que jugó un gran primer tiempo, Con el paso de los minutos y el desgaste, consiguió aguantar el resultado con inteligencia.
El ciclo de Marcelo Gallardo en River sumó un nuevo hito. El término histórico le queda corto a la gesta del Millonario, que con 20 bajas por un brote de COVID-19, con Enzo Pérez (lesionado) en el rol de arquero y sin suplentes, le ganó con justicia 2-1 a Independiente Santa Fe y se acerca a la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores: con 9 puntos, quedó como único líder del Grupo D.
Fabrizio Angileri y Julián Álvarez marcaron los goles para la Banda en los primeros minutos, símbolo de un gran primer tiempo del conjunto de Núñez, en el que fue superior por prepotencia y competitividad en inferioridad de condiciones. En la segunda parte, por el desgaste lógico, retrocedió y aguantó con inteligencia, robando minutos cada vez que se hizo de la posesión. El descuento de Osorio sólo le puso algo de suspenso al resultado. Pero no le quita un ápice de mérito a un River inolvidable.
Con Enzo Pérez al arco y sin suplentes, River saltó al campo de juego como si jugara sin bajas ni parches. No se complicó atrás (esta vez, si tuvo que revolear la pelota, lo hizo) y fue agresivo en la presión y ante las segundas jugadas. En cinco minutos, llegó tres veces y marcó dos goles. Con Álvarez inspirado, antes del minuto, Agustín Fontana quedó mano a mano y remato desviado. Instantes después la escena se repitió, el arquero Castellanos atoró con pericia y Angileri, de rebote, no perdonó.
Y a los 5 minutos,el Millonario volvió a golpear: Álvarez pisó el área y con un bombazo alto vulneró al portero visitante y anotó el sorprendente 2-0. A partir de allí, Independiente Santa Fe pareció reaccionar. Al menos, hizo la lógica dentro de sus carencias: envió la pelota al área, buscando probar la resistencia de Pérez. Enzo tocó su primera pelota a los 43 segundos, sin riesgo. Recién a los 8′ envió al córner un balón suelto con las palmas.
Tan malo fue el rendimiento de Independiente Santa Fe en el primer tiempo, que el entrenador decidió realizar dos modificaciones antes del inicio del ST: entraron Kelvin Osorio y Diego Valdés Giraldo. Luego fue el turno del experimentado Sherman Cárdenas.
Con la nueva estructura y el paulatino desgaste de los hombres de River, el conjunto colombiano se paró más adelante en el campo y, aún sin profundidad, las secuencias de ataque se hicieron más continuas. Con centros desde las bandas o algún remate, Independiente copó el área. Allí surgieron Martínez, el juvenil Lecanda y Maidana, de enorme tarea.
Hasta que a los 72 minutos de juego, Arias (el hombre más desequilibrante de la visita) desbordó por izquierda, lanzó el centro atrás y Osorio arremetió para meter el descuento.