Las dos potencias no logran acordar las condiciones de la actividad pesquera y amenazan con sanciones mutuas.
La canciller británica, Liz Truss, pidió al Gobierno francés que retire sus amenazas de sanción en el litigio que los enfrenta por las licencias posbrexit para los pesqueros franceses que faenan en aguas británicas y que recalentó en las últimas semanas la relación bilateral.
«Las amenazas francesas son completamente irracionales y deben retirarlas, sobre todo las que afectan a las islas del Canal de la Mancha (Jersey y Guernsey, posesiones británicas) y a nuestra industria pesquera», declaró Truss en la cadena de televisión SkyNews.
Si no se producen avances en las negociaciones antes del próximo martes, París amenaza con prohibir a los pesqueros británicos descargar su mercancía en los puertos franceses, así como reforzar los controles aduaneros de los camiones que crucen entre ambos países.
La jefa de la diplomacia británica aseguró que su Gobierno usará el mecanismo de resolución de conflictos en el marco del acuerdo comercial posbrexit, para exigir «medidas compensatorias».
En virtud de los acuerdos del Brexit, los pescadores de la Unión Europea pueden seguir trabajando en las aguas británicas a condición de que demuestren que ya pescaban allí antes, pero Francia y el Reino Unido no se ponen de acuerdo sobre los justificantes necesarios que hay que presentar.