Tras una serie de polémicas en redes a principios de junio, de cartas públicas y recuerdos de misivas enviadas a su abuela, el gobernador de Salta Gustavo Sáenz parecería haber coincidido con las mismas herramientas de comunicación con su par de Jujuy, Gerardo Morales.
Hagamos memoria y sin ánimos de exasperar esta breve grieta norteña: Un oranense a quien le da negativo un test rápido practicado en Jujuy, regresa a su ciudad donde no hace cuarentena e inicia la serie de contagios en la localidad del norte salteño. Sáenz se refiere a la prueba realizada en Pampa Blanca como “un certificado de muerte”, Morales escribe una carta pública exigiendo disculpas y el mandamás salteño le recuerda que la última misiva se la envió a su abuela a los 8 años.
Ayer, durante la conmemoración del 170° aniversario del fallecimiento del general José de San Martín, el gobernador Sáenz fue consultado sobre la posibilidad de recibir en la provincia a pacientes jujeños con Covid-19. No sólo confirmó esta posibilidad, si es requerida por autoridades jujeñas, sino que informó sobre comunicaciones permanentes con el gobernador de origen radical.
“De ser necesario, Salta recibirá pacientes de Jujuy, son hermanos argentinos”, señaló Sáenz en una ronda de medios.
Luego de rispideces, mensajes en Twitter borrados y cruces poco maduros para dos gobernadores, la buena noticia es la colaboración entre dos pueblos hermanos cuando el avance de la pandemia se acrecienta.