El argentino no jugaba desde el 10 de enero y, luego de su polémica aparición en una fiesta clandestina, se había perdido el clásico de Turín.
Paulo Dybala estuvo en el ojo de la tormenta durante varios días por haber estado presente en una fiesta clandestina que violó los protocolos sanitarios de Turín. Junto a Weston McKennie y Arthur Melo, quedó fuera de la lista de concentrados para el clásico de la ciudad que finalizó 2-2 y recién este miércoles pudo sumar un puñado de minutos frente al Napoli, por una fecha pendiente de la Serie A.
El argentino ingresó en el minuto 68 en lugar de Álvaro Morata y Andrea Pirlo volvió a confiar en la calidad del futbolista para destrabar un partido difícil frente al Gli Azzurri. La Juve ganaba 1-0 por un tanto de Cristiano Ronaldo en la primera mitad y Paulo, quien no jugaba desde el 10 de enero, se encargó de liquidar el pleito: frenó la pelota dentro del área rival y definió contra el palo derecho de Alex Mer.
Emocionado por haber regresado al gol, se arrodilló en su festejo y todo sus compañeros, incluidos los que estaban en el banco de suplentes, corriendo a abrazar a Dybala. Además, aprovechó para dedicarle el gol a su madre que cumplía años con una remera especial que tenía debajo de la camiseta con la frase: “Felíz cumple Mami!”.