El 5 y 6 de noviembre subirá a escena esta primera producción salteña de ópera barroca. El espectáculo es organizado por la Asociación Monteverdi y el ensamble El Jardín de Apolo -vocal e instrumental. Ambas presentaciones serán en el escenario principal de la Usina en España 198. Entradas disponibles en Entrada Web
El 5 y 6 de noviembre subirá a escena la primera producción salteña de ópera barroca, con la emblemática “Dido y Eneas” de Henry Purcell. Este espectáculo es organizado por la Asociación Monteverdi y el ensamble El Jardín de Apolo -vocal e instrumental. Más de 30 artistas en escena -entre cantantes, bailarines e instrumentistas darán vida a esta puesta que combina la historia clásica con una estética actual, juntando pasado y presente.
Ambas presentaciones serán en el escenario principal de la Usina Cultural, en España 198. La del sábado será a partir de las 21, en tanto la del domingo será a las 20.
Los cantantes Mónica Ferri, José Silva Gervilla, Cristian Roldán, Silvana Acosta, Romina Andrea, Anabel de Singlau, Maira Evangelista, Agustín Soria Varisco y Jorge Zapata, todos salteños, serán los solistas de esta producción, junto a una orquesta de músicos de renombre y al reconocido coro del Ensamble, a quienes se sumarán destacados bailarines del Ballet de la Provincia.
La dirección escénica está a cargo de Andrés Araya García, la dirección coreográfica de Pamela Giana Atrio y la dirección musical de Julio Menéndez.
Las entradas están disponibles en https://www.entradaweb.com.ar/index.php?r=site/detalles&d=20b278c9
Sobre Dido y Eneas
Con libreto de Nahum Tate (1652-1715) y música de Henry Purcell (1659-1695), es una de las joyas de la música barroca inglesa al poner en primer plano la tragedia, la voluntad humana, los conflictos palatinos y las pasiones mundanas.
Dido y Eneas es una cita obligada para encontrarse tanto con la ópera como con la estética de la música barroca. En su breve duración, de una hora, se adentra en una historia clásica de amor y desengaño, con todas sus pasiones.
Su diversidad de sonoridades, entre solistas, instrumentos y ensamble coral (El Jardín de Apolo), sumados a la belleza de su música y la conexión perfecta entre ella y el texto dramático, hacen de Dido y Eneas una obra imperdible para los aficionados a la vez que emblemática para los amantes del género.