El conjunto colchonero hará de local en Bucarest en el duelo de ida, producto de las restricciones en los vuelos entre España y el Reino Unido.
El Atlético de Madrid empezará las eliminatorias de la Liga de Campeones jugando como local en el Estadio Nacional de Bucarest, donde este martes se medirá en la ida de octavos de final con el Chelsea, un rival que ha recuperado sensaciones desde la llegada al banquillo de Thomas Tuchel.
El líder de la liga española vuelve a Europa y lo hará con varios factores que a priori juegan en su contra, el más evidente de todos que no podrá abrir las puertas del Wanda Metropolitano, debido a las restricciones en los vuelos entre Reino Unido y España provocadas por la pandemia. Es por eso que se verá obligado a hacer de local a 2.500 kilómetros de su casa, en la capital rumana.
“Es una desventaja para el Atlético no jugar en casa”, apuntó claramente el técnico del Chelsea.
El segundo es el buen momento de forma del Chelsea, que el mes pasado tomó la decisión de despedir a Frank Lampard, una cambio de rumbo que por el momento está funcionando, ya que desde la llegada al banquillo de Tuchel se mantiene invicto tras cinco victorias y dos empates.