El expresidente Álvaro Uribe fue hallado culpable de dos delitos. El fallo profundiza aún más las grietas de la política colombiana
Para unos, es un mártir político. Para otros, la evidencia palpable de que nadie está por encima de la ley. El fallo que declara culpable de dos delitos a Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia y la persona que ha marcado la política del país durante las primeras décadas del siglo XX, marca un antes y un después, ya que se trata del primer expresidente en ser condenado penalmente.
En las calles de Bogotá, cacerolazos y bocinas de autos saludaban o condenaban la lectura del fallo, que establece que Uribe cometió dos delitos, uno de soborno de testigos y otro de fraude procesal.
El procedimiento no ha versado sobre su presunto papel en el caso conocido como «falsos positivos”, ejecuciones de inocentes que eran presentados como guerrilleros durante el Gobierno de Uribe, cuando alardeaba de mano dura contra la violencia. Lo que el fallo sí determina es que el expresidente buscó callar a testigos que podían dar testimonio de la cercanía a grupos paramilitares de Uribe y su familia.
Un caso que polariza Colombia aún más
«El juicio tiene lugar en una situación de alta polarización política del país, de la cual Uribe siempre fue un protagonista”, dice a DW Günther Maihold, profesor de la Universidad Libre de Berlín.
Los enfrentamientos producidos entre partidarios y detractores de Uribe frente al complejo judicial en el que se leyó el fallo podrían ser solo un preludio del período difícil que le espera a Colombia en los próximos meses, previos a las elecciones de 2026.
«Para la mayoría de los colombianos, es casi imposible interpretar el fallo contra el expresidente Uribe sino a través de una óptica política”, dice a DW Michael Shifter, expresidente del think tank Inter-American Dialogue, con sede en Washington, y profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown.
Para unos, el fallo contra Uribe es un caso de lawfare o persecución judicial con fines políticos, lo que supone una amenaza para la democracia por lo que la situación comporta de venganza y ataque contra el expresidente.
Para otros, en cambio, la actuación de la justicia supone la consolidación de las instituciones democráticas del país: «Quienes apoyan a Uribe, se preguntan cómo es posible que las FARC, que cometieron atrocidades, estén sentadas en el Congreso, mientras que el líder que combatió exitosamente a ese grupo violento está condenado. De la misma manera, los detractores de Uribe celebran la decisión por lo que consideran las violaciones de derechos humanos y vínculos con grupos paramilitares durante su mandato”, prosigue Shifter.
La justicia colombiana y el lawfare
Consciente de la carga política del caso, la jueza Sandra Heredia introdujo con un alegato la extensa lectura del fallo, en una audiencia que duró más de 10 horas: «La justicia no está al servicio de la política, ni de la prensa, ni de la historia. Está al servicio del pueblo colombiano. Queremos decirle a Colombia que la justicia ha llegado”, dijo Heredia.
«No es un caso de lawfare”, destaca a DW Rosembert Ariza, profesor del Instituto de Estudos Políticos y Relaciones Internacionales IEPRI, de la Universidad Nacional de Colombia. Para Ariza, no hay elementos objetivos que lleven a pensar en una utilización política de la justicia. «Creo que esa es una estrategia de la derecha para intentar deslegitimar el fallo, ya que, judicialmente, con un efecto político, perdieron el caso”, comenta a DW.
Numerosos políticos colombianos manifestaron el martes (29.7.2025) su respeto por la decisión de la juez Heredia. Entre ellos, el senador de izquierdas Iván Cepeda, reconocido como víctima en el juicio y la persona que en 2012 acusó a Uribe de tener vínculos con los paramilitares.
«A mi entender, la argumentación de la jueza deja muy clara la manipulación que se implementó desde la posición de poder por parte de Uribe, aunque jurídicamente se puede discutir el valor y la validez de algunas pruebas presentadas. Siempre los juicios contra expresidentes en América Latina han sido altamente debatidos y sujetos a revisiones profundas”, explica, por su parte, Günther Maihold.
Elecciones bajo la sombra del juicio contra Uribe
La sentencia contra Uribe puede ser apelada, por lo que los meses previos a las elecciones pueden verse sacudidos por los vaivenes del procedimiento. «Cada lado hará lo posible para sacar provecho político de esta situación en las elecciones el año que viene. El fallo servirá como munición en la campaña electoral, que sin duda será muy dura y tensa, con mucho en juego para Colombia”, dice Michael Shifter.
Con su fundador condenado, el Centro Democrático de Uribe tendrá que replantearse su estrategia, en la que el victimismo por el fallo judicial puede ser uno de sus argumentos. «La derecha tiene que reconfigurarse alrededor de este fallo, que le quita alguna credibilidad en el centro. La disputa va a estar por los votos del centro. Esta campaña que va a iniciar ahora la derecha es precisamente para tratar de ganarse la legitimidad perdida en estos tiempos”, analiza Rosembert Ariza.
El politólgogo advierte que se avecina una tormenta mediática en redes, donde el fallo contra Uribe va a jugar un papel muy importante. Y vaticina una campaña electoral «profundamente salida de tono verbal”: «Va a haber mucho de señalamientos y poco de programas políticos y propuestas para avanzar realmente en el país”, lamenta Ariza.
Fuente: dw.com