Importaciones

El Gobierno completó la desregulación de las importaciones

Entre el mega DNU y una serie de medidas publicadas este martes, el Gobierno consolidó la desregulación del sistema de administración de las importaciones.

El Gobierno concretó la desregulación del sistema de gestión de las importaciones. Desde una mirada estructural, se trata de una pata fundamental de todo programa neoliberal: formó parte de la economía de la última dictadura, de la experiencia menemista y del gobierno de Macri. Con esto, el presidente Javier Milei espera contar con una herramienta de disciplinamiento de la inflación y con una carta atractiva para mostrar frente al FMI y otros posibles financistas e inversores del exterior.

El Ministerio de Economía informó este martes que «se modificó el sistema de importaciones que funcionaba hasta el momento (conocido como SIRA) por un sistema transparente y no discrecional. No habrá más licencias ni permisos para importar». Se calcula que en el último tiempo alrededor de un 45 por ciento de las importaciones estaban sujetas a licencias no automáticas. Las licencias se reemplazan por el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), «que tiene el objetivo de obtener información anticipada que ayudará en la matriz de riesgo aduanero».

Desde una mirada de corto plazo, todos los operadores del comercio exterior, desde grandes importadores de bienes finales hasta industriales que requieren de insumos para fabricar, admiten que la gestión de las importaciones viene siendo un calvario que atenta contra la producción local. En gran medida, esa maraña de restricciones se profundizó ante la falta de dólares. Pero también había situaciones de abuso, tanto de parte de las oficinas a cargo de aprobar importaciones como de fabricantes locales que cobran cualquier cosa a sus clientes ante la falta de competencia.

Como en muchos temas, el problema es que la solución propuesta, es decir, la desregulación total de las importaciones, puede terminar siendo más adelante, si se combina con apreciación cambiaria, un arma de destrucción del empleo nacional, como ya ocurrió en otros momentos de la historia económica argentina.

La clave para evitarlo podría pasar por la jerarquización de otras instancias de gestión de importaciones que son más sofisticadas y menos discrecionales, como por ejemplo los controles sanitarios o ambientales, tal como se utiliza en Estados Unidos y la Unión Europea, en donde a nadie se le ocurre que cualquiera pueda importar cualquier cosa y a cualquier precio. Pero luce ingenuo pensar que una administración que descree absolutamente del rol del Estado pueda avanzar en esa dirección.

 

La medida

Una serie de normas emitidas por Economía, AFIP y el Banco Central terminaron de dibujar el cambio en el esquema de control de importaciones. Por un lado, la Resolución 1/2023 firmada por el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, derogó la Resolución del año 2017 que instaló el sistema de Licencias Automáticas y No Automáticas de Importación. A su vez, el filtro del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) fue eliminado.

El mega DNU también incluyó cuestiones relativas a la liberalización del comercio exterior, como por ejemplo la eliminación de la necesidad de inscripción en el Registro de Importadores y Exportadores.

En reemplazo de las licencias y del SIRA, el gobierno puso en marcha, a través de la resolución conjunta 5466/23 de la Secretaría de Comercio y la AFIP, el “Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI)”, el cual exige información a los importadores. «La AFIP analizará, a partir de la información disponible en sus registros, la situación tributaria del contribuyente y su capacidad económica financiera para efectuar la operación que se pretende cursar», indica la nueva norma.

Posteriormente, la declaración SEDI deberá ser autorizada por los Organismos integrantes del Régimen Nacional de Ventanilla Única del Comercio Exterior Argentino (VUCEA). El Gobierno aclara que «si bien dejarán de existir los bloqueos de la Secretaría de Comercio, subsistirán los vinculados a la seguridad y salubridad de las mercaderías, y que se corresponden con análisis técnicos de organismos como Senasa, Anmat, Inal, entre otros». El nuevo esquema se complementa con la Comunicación “A” 7917 del BCRA, que define tiempos para la liberación de divisas para importaciones.

 

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