El ministro de Economía confirmó lo que había denunciado La Bancaria: que parte de las reservas de oro del BCRA volaron al extranjero.
El ministro de Economía, Luis Caputo, admitió que el gobierno de Javier Milei sacó del país parte de las reservas en oro del Banco Central (BCRA) para depositarlas en el exterior y someterlas a las especulaciones del mercado internacional. “Si tenés el oro afuera le podés sacar un retorno” en un momento en que “el país necesita maximizar los retornos de sus activos”, se sinceró.
La declaración del titular del Palacio de Hacienda confirma la denuncia que había hecho el diputado y dirigente de La Bancaria, Sergio Palazzo, que a principios de esta semana advirtió sobre movimientos de ese tipo en la sede del BCRA.
El dirigente presentó un pedido de información en el marco de la Ley de Acceso a la Información Pública para que el Poder Ejecutivo explique por qué no se habían informado oficialmente esas maniobras, que podrían abrir la puerta a que esas reservas de oro sean embargadas ante algún reclamo judicial contra la Argentina.
La confesión de parte llegó en boca del propio Caputo, quien al ser consultado al respecto durante una entrevista televisiva calificó a “la movida” como “muy positiva”.
“Tener oro en el Central es como tener un inmueble adentro, no lo podés usar para nada. En cambio, si tenés ese oro afuera le podés sacar un retorno, y la realidad es que el país necesita maximizar los retornos de sus activos”, justificó en una entrevista con LN+.
Lo que el ministro sugirió es que la salida de las reservas en oro del país se trata de una maniobra para especular rendimientos. Se lo deposita en una entidad del exterior que lo pueda utilizar como garantía y a cambio el Estado argentino obtiene parte de las ganancias. Es decir, timba.
Luego insistió: “Tenerlo encerrado en el Central sin hacer nada para el país es negativo, entonces es mejor tenerlo custodiado afuera para que te pagan algo”.
Caputo no dio precisiones sobre la cantidad de lingotes ni su valor. En su presentación, Palazzo había reclamado que se le informara el monto y la moneda en que se harían las operaciones. Las estimaciones indican que se trataría de alrededor de 450 millones de dólares.