Gustavo Joaquín García es médico pediatra, actor, amante de los viajes, pero en esta ocasión nos interesa su vivencia como paciente del sistema público de Salta. A través de una carta resume todo su proceso de recuperación de Covid-19.
Este proceso que inició en su domicilio, luego de complicarse su situación y a falta de disponibilidad en el sector privado, termina en el hospital público Señor del Milagro.
Gustavo García reflexiona, no como parte del sistema de salud, su experiencia es 100% como paciente, enfrentando las mismas complicaciones por las que pasaron muchos salteños en las últimas semanas, pero rescatando la salud pública que aún al límite, con amenazas de colapso, cuenta con profesionales que hacen honor a su profesión.
“Será esta una experiencia que no olvidaré y por la que estaré agradecido por siempre y orgulloso del Hospital Público de Salta”.
En varios pasajes destaca el aspecto humano de quienes lo atendieron, algo que no es un detalle cuando la urgencia apremia, un ejemplo más que comprueba que la ciencia acompañada de una terapia emocional positiva, influye en el resultado final de recuperación.
A continuación, la carta completa:
A lo largo de los años continúo escuchando quejas y reclamos contra los distintos Servicios de los Hospitales Públicos de la ciudad de Salta, y muy pocas veces, muestras de reconocimiento a las respuestas que desinteresadamente brindan cada uno de los integrantes del Equipo de Salud y que hacen tanto bien a quienes trabajan con verdadero compromiso y dedicación. No dudo que es el mayor estímulo a tanto esfuerzo cotidiano.
A mediados de agosto, contraje el virus Covid 19. Procedí según las normativas provinciales a activar la aplicación Salta Covid y a cumplir con el aislamiento social obligatorio. En la segunda semana del inicio de los síntomas, no observaba mejoría, con persistencia de fiebre, sensación de falta de aire y tos progresiva, todo acompañado de intensas cefaleas.
Preocupado, intenté a través de mi Obra Social que algún médico me revisara y pidiera los estudios que creyera conveniente. A todo esto, ya había dado positivo el hisopado nasofaríngeo, confirmando el diagnostico.
Gracias a la solidaridad de amigos y a la excelente predisposición del Dr. Sabio de la Ex Clínica San Rafael, me recibió muy amablemente procediendo a solicitar laboratorio y Rx de tórax, observando en esta última una Neumonía Multifocal. Al no existir posibilidad de internación por saturación de camas en esa institución, se intentó un tratamiento con antibióticos en mi domicilio, y seguimiento telefónico a través del Sistema de Internación Domiciliaria de mi Obra Social Provincial.
Lamentablemente, la evolución no mostraba signos de mejoría, lo que sumado a la angustia y preocupaciones propias de cualquier persona enferma, agravaba mi estado general de salud física y psíquica.
Resulto imposible dado la necesidad inminente de internación, conseguir cama para pacientes Covid (+) en Clínicas, Hospitales o Sanatorios Privados de Salta, teniendo cobertura social como mencioné anteriormente.
Gracias a la excelente predisposición y preocupación del Dr. José Luis Salvadores, conseguí ingresar en el HOSPITAL PUBLICO: SEÑOR DEL MILAGRO. (Sector B de Aislamiento Pacientes Covid +)
Desde el preciso momento que me encontraba en la habitación, comenzó toda la atención, cuidados necesarios y estudios complementarios que de por sí, significaron un alivio sobre todo psicológico de importante magnitud. No podía ser ajeno a observar el cumplimiento de los protocolos correspondientes y siempre con un trato sumamente afable de todo el equipo que presta servicio en ese sector.
Compartí la habitación con otra persona con mayor compromiso respiratorio y me sorprendieron los tratamientos y controles permanentes que fue recibiendo, sin faltar las palabras de aliento.
Día a día, comencé paulatinamente a mejorar y a sentirme muy contenido en todos los aspectos que hacen a un paciente en situación delicada de salud más el componente psicológico contra el que también se libró una verdadera batalla.
Gracias a Dios y al esfuerzo y compromiso de todo ese magnífico equipo de Salud, la mejoría fue apareciendo, despacio pero progresiva, hasta indicarme el alta y continuar tratamiento en mi domicilio ya como Covid negativo, según el último control de laboratorio.
Tal vez, lo relatado hasta aquí no es más que una mera descripción de sucesos anecdóticos. Lo más valioso y rescatable fue la reflexión que pude hacer sobre el funcionamiento del Hospital Público.
La organización del Servicio impecable. Recibí apoyo psicológico por video llamada, a cargo de la Licenciada María Isabel Alamandri, ejerciendo su trabajo de contención con una calidez humana digna de destacar.
Serían muchas personas a las que debería mencionar y agradecer, pero resultaría imposible ya que tampoco pude retener todos sus nombres, pero si, cada gesto, cada palabra de aliento o cada procedimiento que debían realizarme con el mayor profesionalismo que pude haber recibido.
En la segunda semana de internación, le correspondió la responsabilidad de la Sala, al Dr. Gerardo Torletti, ejemplo de Profesional y ser humano. Actualizaciones terapéuticas y medidas de sostén y confort formaron parte del tratamiento. El Dr Torletti en todo momento se mostró con una actitud positiva, evacuando cada duda que le planteábamos con mi compañero de habitación y demostrando una capacidad profesional digna de asombro y respeto.
No quiero dejar de destacar también el Servicio de Alimentación del Hospital y la limpieza exhaustiva y permanente en habitaciones sencillas pero equipadas con todo lo necesario.
La labor del personal de enfermería, con turnos de muchas horas de trabajo y más allá de estar protegidos con todas las medidas de seguridad, estaba siempre presente el riesgo de llevar a sus hogares este terrible virus que nos azota tan fuerte pero que nunca les hizo bajar los brazos, todo lo contrario.
Fue muy emocionante la salida del Sector de Aislamiento B, donde muchos de ellos me saludaron, deseándome una pronta y total recuperación.
Pareciera que un GRACIAS, no es suficiente para reconocer a todo ese Equipo y para el HOSPITAL SEÑOR DEL MILAGRO en su conjunto.
Solo quisiera que sepan cada uno de ellos, lo valiosos que son humana y profesionalmente, desearles que mantengan sus fuerzas y su buen estado de salud, porque muchísimas personas los necesitan y cada paciente recuperado que regresa a su casa, sin duda es la mayor recompensa que pueden recibir.
De mi parte, un inmenso GRACIAS!, Será esta una experiencia que no olvidaré y por la que estaré agradecido por siempre y orgulloso del Hospital Público de Salta, al que siempre defendí y continuare haciéndolo, a pesar de las adversidades.
Gustavo Joaquín García
Muy linda la nota,que bueno que se reconozca la gran labor de la gente de salud publica