Uno de los más prolíferos estrategas políticos de Salta consideró que las próximas elecciones serán determinantes para conocer realmente dónde están ubicados los candidatos, habló de su paso por el ejecutivo Provincial como mano derecha de Urtubey y fue contundente al afirmar que hoy no hay quién le haga frente a Sáenz.
Juan Pablo Rodríguez ex ministro de Gobierno de la Provincia de Salta y operador político del ex gobernador Juan Manuel Urtubey en una reveladora entrevista con Diego Comba para el ciclo #LaRosca, afirmó que “La rosca se trata de hablar con todo el mundo, no solo hay miles de medios de comunicación en la provincia sino también miles de actores políticos, con todos hay que tener un ida y vuelta para llegar a objetivos comunes”.
Pragmático y resultadista, como se define a sí mismo, Juampi Rodríguez, enfatizó en que nunca se le cruzó por la cabeza ser candidato y consideró que las próximas elecciones intermedias del 15 agosto, son una buena oportunidad para saber realmente dónde están parados los candidatos.
“No van colgados ni de un gobernador ni de un intendente ni del presidente, (en esta contienda) las figuras de carne y hueso juegan la propia, el verso se termina el día de la elección” aseveró. Hizo esta apreciación comparándola con lo que ocurrió en 2019, donde una gran cantidad de figuras emergentes accedieron al poder gracias al contundente triunfo de Sáenz en las urnas.
Recordó que trabajó intensamente en la última campaña a gobernador, en este aspecto afirmó que desde su lugar se logró profesionalizar y ordenar la campaña política pero que “Sáenz ganó porque era el mejor, el que más media, el más cercano con la gente y del otro lado había muy malos candidatos que, además cometieron muchos errores”. Anticipándose a las ejecutivas de 2023 no advirtió la existencia de una figura capaz de hacerle frente a Sáenz.
Rodríguez es uno de los protagonistas del libro “El oficio del Operador Político en Salta” de autoría del periodista e historiador Daniel Ávalos, reconoce que al principio sintió incomodidad al respecto en razón de su bajo perfil, pero celebró que ocurra.
Sobre este rol sostuvo que erróneamente se lo toma de manera negativa y se generan mitos circundantes. Para explicar su tarea se refirió a una división propia de casi todos los gobiernos: en un área se ubica la administración de los recursos y la gestión pública, en la otra la comunicación y la política. Es en la segunda área donde ejerció sus funciones y logró un punto clave: confluir esos dos aspectos.
“Mi formación es en campo de la comunicación, me apasione por la comunicación electoral y política, aprendí mucho al lado de uno de los tipos más brillantes en términos políticos, Juan Urtubey y al mismo tiempo me nutrí de todos los actores políticos” aseveró.
Hombre de confianza del entonces gobernador Urtubey durante mucho tiempo y en diferentes circunstancias habló en su nombre, ostentando una importante cuota de poder que asumió con responsabilidad. En este punto sostuvo que si se pretende hacer uso de ese poder para beneficios personales “la vuelta es corta” ya que vivimos en un momento comunicacional moderno en el que quien quiera llegar al Gobernador lo hace sin mayores dificultades.
Finalmente reflexionó sobre el fracaso del proyecto político que planteaba la salida de la grieta mediante un tercer espacio Alternativa Federal, devenida en Consenso Federal con la fórmula presidencial Lavagna-Urtubey. De acuerdo a su análisis, el proyecto fracasó porque sus socios se vendieron rápidamente y por la soberbia de Lavagna que se negó a ir a internas.
“Juan quedó solo, pero tiene la tranquilidad moral y espiritual de haber sostenido su posición no solo durante el proceso electoral sino después”
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