El Diputado Nacional se quejó de que la política trate temas que no le importan a la gente, cuestionó que se hable de la democracia en término de costos y sostuvo que hay que “ablandar la oreja y escuchar la crítica constructiva”.
Emiliano Estrada, diputado Nacional por la provincia de Salta, en diálogo con Diego Comba para el ciclo político La Rosca, fue enfático al expresar que la política se desconecta de los temas que le preocupan a la sociedad, se mostró crítico con respecto a propuestas de su propio espacio político y criticó “este gobierno tiene grandes falencias sobre todo en lo económico y en lo comunicacional”.
“Estamos con una inflación del 6%, este es el problema, no la boleta única. Es una cosa disparatada y se va desconectando la política de la sociedad”, aseveró.
“Hay gente que plantea todo en términos de costo y la democracia no es un costo porque es lo que nos permite elegir quién nos gobierna, que son en definitiva los que tienen que generar las condiciones para que las cosas estén mejor. Me parece que tenemos que empezar a discutir quiénes son los que van a generar esas condiciones, porque si después solo están en redes sociales, ahí sí son un costo que pagamos con la realidad que vivimos todos”, explicó.
A modo de repaso desde el momento de su asunción en el cargo, detalló que los datos macroeconómicos son buenos ya que bajó el desempleo, creció el patentamiento de autos y la construcción, pero que la inflación del 6% genera que la economía siga convulsionada.
Así recordó que debido a la negativa de la oposición, el país no tiene presupuesto y es por este motivo que hoy Argentina subsiste con el presupuesto del año anterior, que además, necesita de un acto administrativo (no finalizado) para reasignar partidas y modificar los techos de los ministerios del poder legislativo, judicial.
“Es mucho más complicado no votarlo que votarlo, es la primera vez desde la vuelta de la democracia que se rechaza un presupuesto, un antecedente no bueno”, calificó.
Recordó también que cuando se trató el acuerdo con el FMI, el proyecto (de 500 páginas) llegó tres días antes de su tratamiento “el proceso fue una de las cosas que a mí me molestó y plantee mi postura. En el mes de marzo, cuando nadie lo planteaba yo dije este acuerdo es incumplible, todas las medidas eran inflacionarias y ni siquiera hice juicios de valor, simplemente como economista dije que no se podía cumplir. Esta historia yo ya la vi, mega canje, blindaje, crisis”.
“Esa es la lógica del país bananero, chabacán del que se queja toda la sociedad. Cuando la sociedad dice no hay políticas de largo plazo, no hay estabilidad, no se puede pensar a futuro, la entiendo, esto también es parte: firmar algo que sabes que no lo van a cumplir”, agregó.
Sumó que otra de las cuestiones por las cuales se negó a firmar el acuerdo fue por el recorte de subsidios, en este punto contó que su planteo tuvo que ver con el precio del boleto de colectivo que en Buenos Aires costaba 18 pesos y en Salta rondaba los 40 el urbano y el interurbano superaba los 100 pesos, “acá dije paremos la pelota: recorten el subsidio a los porteños, que paguen por lo menos 60 pesos de boleto de colectivo, con ese ahorro recién vemos si hace falta recortar a los salteños”.
“Cuando hice la campaña me decían que no querían un levantamanos del presidente, ahora cuando soy crítico y planteo mi postura en las cuestiones que creo que están mal, me dicen que por qué critico tanto”, reflexionó.
Estrada amplió: “En términos políticos y siempre entendiendo cuál es tu pertenencia yo puedo criticar muchísimo políticas económicas, pero sé que en mi espacio valoramos la industria nacional, creemos que la educación pública es formadora de un contexto de desarrollo económico y eso es el peronismo, dentro de este espacio no defiendo cosas por defender. En ese marco creo que las críticas son bien aceptadas, porque si no se convierte en un espacio de obsecuentes”.
Consideró que a nivel local se perdió la “gimnasia de la discusión política y de gestión” y que es necesario aceptar la crítica constructiva, tomar ideas de la oposición que sumen y que favorezcan a la sociedad.
“Creo que va a llegar un momento en que esta nueva generación se va a tener que hacer cargo en serio de esto, decir ´el proceso lo conducimos nosotros´. De todos los sectores gran parte están desde la década del 80”. Evaluó que los jóvenes políticos sostienen una postura más dialoguista ya que han visto errores de sus espacios y son capaces de reflexionar al respecto.
De acuerdo a su análisis, una política sin autocrítica y capacidad de consensuar, fogonea el ingreso de sectores de la anti política y de la farándula que lo único que logran es resquebrajar la institucionalidad, “hoy ves un montón de políticos trabajando solo en redes sociales y en la ayuda individual, eso no deja de ser clientelismo”.
Sobre los problemas que tiene la Argentina, argumentó que hay algunas cuestiones vinculadas a la falta de una hoja de ruta y al orden, mediante una correcta comunicación, de las expectativas de la gente.
Explicó que hay dos aspectos por un lado el externo, que tiene que ver con la tenencia de dólares por parte del Banco Central “se generan vendiendo más de lo que gastas importándole al mundo en término de bienes y de servicios, eso hoy está dando casi cero, eso es lo que se llama históricamente restricción externa. Hoy no se está tomando deuda para financiar ni tampoco se está administrando el comercio exterior”.
“Empecé a plantear hace más de un mes que en el segundo semestre si seguimos a este ritmo, desde mi mirada técnica, no vamos a tener dólares suficientes para la exportación de gas y de todo lo que se necesita para que la economía siga creciendo”, sentenció.
Explicó finalmente, que el otro problema es del sector interno y tiene que ver con una inflación multicausal que debe resolverse con políticas públicas, para que la sociedad tenga poder adquisitivo.
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