Bolicheros de General Güemes advirtieron que, pese a las flexibilziaciones, crece la competencia desleal que pone en riesgo la salud de los salteños.
Durante la pandemia, el problema de las fiestas clandestinas se volvió casi endémico en gran parte de la provincia. Con los boliches cerrados y todas las restricciones vigentes, quienes lucran con esta situación buscaron y encontraron en lugares apartados, y casi escondidos para la sociedad, un escenario perfecto para que la fiesta continúe.
Las consecuencias de esta actividad ilícita no fueron pocas: se propagaron los contagios, se detectó la presencia de menores, el consumo indiscriminado de alcohol y en ocasiones, incluso de drogas y se produjeron innumerables hechos de vandalismo y violencia.
La reapertura de los salones de fiestas, boliches y pubs no fue un impedimento para que esta situación continúe. En el caso particular de General Güemes, las fiestas clandestinas continúan aún con más fuerza, con el consecuente caos y descontrol que se puede vivenciar en los videos que los propios participantes comparten por las redes sociales.
“La persistencia de este tipo de fiestas no solo genera una competencia desleal para quienes somos dueños de boliches, sino que representan un gran riesgo para toda la sociedad”, manifestaron propietarios de locales de actividades nocturnas. “Nos exigen el cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios, el pago de seguros e impuestos, mientras los que organizan estas fiestas clandestinas solo buscan el lucro personal sin importar nada más”, remarcaron.
En ese sentido, preguntaron “¿a quiénes les corresponde realizar los controles correspondientes? ¿Existe connivencia entre las autoridades de contralor y los organizadores de estas fiestas? ¿El personal policial que recibe las denuncias actúa en tiempo y forma? ¿La comisaría 101 investiga la difusión por las redes de estos eventos? ¿Buscan a los organizadores?”.
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Por último, pidieron una “investigación seria y profunda para dar respuesta a estas preguntas y encontrar los responsables de que continúe este estado de descontrol, pues “las clandes” son materia corriente todos los fines de semana”.
“La preocupación de los bolicheros es grande. Todo el pueblo sabe que la invitación a las fiestas y la venta de entradas en forma de pulseras se realiza en los grupos de whatsapp, face, instagram… etc. También es de público conocimiento que las fincas sede de estos eventos están ubicadas sobre la ruta 10 con dirección a Aguas Calientes y que el consumo de alcohol es materia corriente. Sin embargo, pese a todos los reclamos que desde el sector hemos realizado nadie hace nada para que el descontrol cese”, concluyeron.