En Alegre Distopía Lucas Bertone estuvo charlando con Flor Arias, una amiga de nuestro programa que nos vino a visitar y a presentar su flamante poemario: Trilogía Interurbana, publicado por Gerania Editora. Una interesante charla en donde hablamos de literatura, de ciudad, de peronismo y de poesía. Atención: nuestra invitada nos advierte que «a la gilada, ni poesía». Nos acompañó desde Mar del Plata Maximiliano del Cerro, alias @puchitoapagao en Instagram, un influencer de las letras que se las trae.
Te dedicás a la fotografía, trabajás con la imagen (entre otras cosas). ¿Cómo llegó a tu vida la poesía y cómo te decidiste a publicar?
La poesía llegó a mi vida de muy chica. Tuve el privilegio de haberme criado en una casa de Villa Urquiza, en Buenos Aires, donde había muchos libros. Nosotros veníamos del interior de Salta, vivíamos en la más absoluta pobreza, donde sólo teníamos acceso a los libros que nos daban en la escuela. La casa de Capital Federal era de clase media y tenía una biblioteca gigantesca. Ahí descubrí a Alejandra Pizarnik, a Girondo y a muchos otros escritores. Y también allí había un equipo musical gigante que también fue un gran acercamiento a la poesía, porque a ella me llevó más la música que los libros. Empecé a escuchar mucha música latinoamericana, rock nacional y ahí descubro la poesía en Charly, en Serú Girán, entre otros. Esas frases me emocionaron, me interpelaron y me sacaron de la comodidad. Entonces ahí empecé a querer escribir poesía, porque me gustaba esa musicalidad que encierra.
¿Por qué te decidiste a unificar tus tres poemarios?
Con Nacho Jurado, que es el contacto que me lleva a la editorial donde se publicó el poemario, siempre estuvimos en contacto y le enviaba mis textos por las redes sociales. Un día me propuso que arme un mix entre los poemas que él ya conocía y otros que no había publicado nunca y que estaban en mi blog. Yo siempre le había comentado que sentía que a mis dos libros publicados les había faltado un proceso de curación, de edición. Y así nació Trilogía Interurbana.
Si bien tu texto es bastante heterogéneo en cuanto a las temáticas que aborda, hay un eje vertebrador de tu poética que es la ciudad. Hay una hermosa frase de Rosalba Campra (crítica literaria argentina) que dice así “porque no solo de canteras, aserraderos y fundiciones viene el material con que se levantan la ciudades, sino también de los archivos del imaginario. Las ciudades por las que caminamos están hechas de ladrillos, hierro, cemento. Y de palabras. Ya que este es el modo en que han sido nombradas, tanto como los materiales con que se las construyó, lo que dibuja su forma y su significado” ¿De qué está hecha la ciudad de Trilogía Interurbana?
Está hecha de sensaciones, es una ciudad súper autorreferencial. Es la visión de la ciudad que tengo con los auriculares puestos, escuchando un disco noventoso en Spotify y es lo que voy recorriendo mientras puteo, o mientras voy llegando tarde. Es lo que veo mientras me doy cuenta lo que era la vida y lo que es ser adulto. La base fundacional de mi ciudad es el hastío.
En el poemario aparece mucho la nostalgia, un contraste permanente entre pasado y presente.
Sí, totalmente. Está muy marcado mi paso por una gran ciudad y otra que va en increscendo, como Salta. Es una comparación que hago siempre.
En tu texto hay una ciudad suburbana en la que pasan cosas: el amor, la soledad, la crueldad, el desengaño, la nostalgia, la muerte, el encierro, la militancia peronista y feminista. ¿Cómo pensaste ese espacio de mezcla?
Todo eso es lo que vivimos en la cotidianeidad y cuando llegamos a casa lo procesamos, sacamos lo que nos trajimos del mundo. Todo eso, que es lo que tiene dentro la persona, es lo que se mezcla en mis poemas.
¿Y qué pasa con esa ciudad aristócrata, el “feudo gobernado”, que encierra, que duele?
Uno viene acá medio importado, a mí me pasó que cuando llegué a Salta era “la porteña”. El salteño te marca esa diferencia, hasta que después te volvés uno más. Ese choque de culturas de haber vivido en un lugar con tanta libertad (que también tiene sus cosas) y llegar acá, a un lugar donde el cerro me marcaba una sensación de claustrofobia y límite (ahora lo quiero), eso me pasaba.
Tu poemario empieza con la soledad y termina con la muerte. ¿Creés que ha esperanza en medio de todo este quilombo?
Claro que hay esperanza, aunque, como dice Lisa Simpson “todo este maldito sistema está mal”. Hay esperanza en la resistencia, en bancar, en la nostalgia. Tengo una nena de 13 años en 2° año del colegio, ahí veo la esperanza, en los pibes, en las nuevas generaciones, en esa cosa que están teniendo de ser más disruptivos, de plantear nuevos temas, de marcar una agenda nueva, de salir a reclamar. Nuestra generación fue hija del neoliberalismo donde nuestros viejos han estado laburando todo el día y fuimos una generación individualista. Hoy los pibes tienen otras libertades, están habitando las calles. Estamos saliendo del cumulonimbus.
Escuchá la entrevista completa aquí:
Por Lucas Bertone para Alegre Distopía, un programa de música, literatura y artes varias que imprime una mirada irónica y humorística a estos tiempos distópicos. Escuchalos todos los viernes de 22 a 00 horas por Radio Nacional Salta – AM690 o FM 102.7