La armadora, de 19 años, fue seleccionada por Indiana Fever en el pick 7 de la tercera rondapara jugar en la WBNA. En la actualidad brilla en el USE Rosa Scotti, de la Liga de Italia.
El básquet argentino vive un momento dorado. Con Facundo Campazzo y Gabriel Deck en la NBA (y Leandro Bolmaro presto a sumarse en la temporada próxima), la WNBA tendrá por primera vez una representante albiceleste: se trata de la base o escolta Florencia Chagas, de 19 años, quien fue seleccionada en el pick 7 de la tercera ronda del draft por Indiana Fever.
La curiosidad es que, si bien tenía decidido presentarse en la elección, la perimetral había optado bajarse en el inicio de la jornada. Sin embargo, enterada del interés de tres franquicias, dio marcha atrás apenas dos horas antes del inicio de la ceremonia. Y vaya si acertó.
De 178 centímetros, Chagas se inició en Casa de Padua, un club del Oeste en el que cuentan que, con 12 años, jugaba con varones más grandes. Luego pasó por Vélez, Indios de Moreno y Berazategui hasta saltar a la fama en un campus internacional en Bahamas, cuando fue la MVP y recibió propuestas importantes de distintos países. Flor eligió Italia por sobre universidades de Estados Unidos. Tenía apenas 16 cuando aceptó la oferta de Familia Schio. Arrancó en las divisiones menores del club pero se entrenó con el primer equipo y hasta jugó un amistoso contra el equipo que sería campeón de la Euroliga.
“Orgullo”, la felicitó a través de su cuenta de Twitter el mismísimo Facundo Campazzo, quien viene descollando en su primera temporada en Denver Nuggets. Precisamente, el cordobés es uno de sus referentes. También la francesa Mariane Johannes,, la alero estadounidense Allie Quiley y la argentina Melisa Gretter, a la que “mira mucho” en su juego.
lorencia tiene una particularidad: su hermana, Luciana, juega para Uruguay. “Enfrentarme con Luciana sería una de las cosas más increíbles que me podría pasar. No sé cómo la viviremos pero sin dudas seremos muy felices porque estar en una cancha con ella, compartiendo, aunque seamos rivales, sería un lujo y un orgullo para toda la familia”, dijo sobre la curiosidad y la chance de un cara a cara.
Esta vez, no existió la rivalidad. Toda su familia se puso feliz ante el salto que consiguió. De todos modos, su mayor anhelo está ligado a la Albiceleste: “Sueño con estar en los Juegos Olímpicos de París 2024; sería la primera vez en la historia para el básquet femenino del país”. Y de ahcer historia, quedó demostrado, vaya si sabe